Quince

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Nicky (4:07am)
Dxndr fuistt Vausw!

Nicky (6:35 am)
Graciss

Alex no pudo evitar esbozar una risa al leer su móvil, la forma caotica en la que Nicky tipeo cada palabra que envió, claramente denotaba su estado. La joven se había ido de la fiesta más temprano porque estaba cansada de que Lauren la siguiera, y como su amiga estaba en su propia casa se sentía menos culpable de haberla abandonado. Además cuando la dejó, estaba en buena compañía, de esas que Nicky es partidaria.

Alex (10:54 pm)
Feliz cumpleaños, Nick  :)

Alex (10:57 pm)
Espero que lo hayas pasado bien...

Realmente estaba agradecida que fuera fin de semana y que no tuviera compromisos de salir de la cama porque estaba cómoda donde estaba. En cuanto a lugar y en cuanto a espiritu. Estaba tranquila como si se hubiera quitado un peso de encima.

Todo tenía que ver con la noche anterior, que era imposible de olvidar y no sonreír como niña. A la pelinegra todavía le resultaba irreal lo que había vivido. Los labios de Piper los recordaba como un manjar del cual había sido privada, y que al probar, se declaraba adicta. Además de que el aroma a rosas distintivo aun perduraba en su vestimenta.

Nunca imaginó que se daría de aquella manera, o en general que un día sería partícipe de tal encuentro. Pero podía decir que en su corta vida fue el evento más importante y significante de su existencia.

Estaba segura que Piper no tenía ni la mínima idea de lo que ella sintió en ese momento, ni de lo que sentía en su totalidad. Sin embargo, se conformaba al menos con la experiencia y la idea de no pasar completamente desapercibida para la otra. Porque si bien había bebido alcohol, recordaba perfectamente la manera en la que Piper había correspondido a sus besos. 

Algo le había provocado en la otra mujer para que respondiera con tanta pasión, como ella misma. Aunque en el gran espectro de las cosas, seguía sin conocerla del todo, y un poco molesta estaba de haberse quedado con las ganas de expresarle en mayor medida lo que verdaderamente sentía.

—Buen día, hija— su hilo de pensamiento fue interrumpido por la mujer mayor, que entró en su habitación sorprendiendola con una bandeja llena de comida.

—Hola, ma.. no tenías que molestarte—se incorporo en la cama para que Dianne puediera apoyar la bandeja sobre sus piernas.

—Alex no es molestia, debes alimentarte bien—en seguida el tono de la mujer se convirtió en reproche, y la hizo rodar los ojos— y comerás todo, porque no me iré hasta que el plato esté vacio...—La pelinegra lentamente comenzó a ingerir todo lo que podía, ya que era bastante comida y no acostumbraba a comer a esas horas.


Mientras Dianne miró a su alrededor notando el pequeño desorden que su hija tenía sobre el escritorio, y cómo toda madre se puso a limpiar. Al principio Alex no se dio cuenta que su cuaderno ‐el cual contenía el secreto más profundo de su vida- yacía sobre la madera, abierto de par en par. Y la curiosidad de la mujer pudo más por lo que comenzó a leer.

—Hija ¿quien es Piper?..

Alex sintió como su corazón se detenía por un instante, y sus ojos abiertos como platos fueron a parar directo a la que su madre sostenía en el aire. Lo que estaba comiendo casi lo termina escupiendo debido a la velocidad con la que se levantó de la cama y se lo quitó para guardarlo en el cajón donde se suponía que debía estar.

Dear PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora