Veintiseis

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Hola!

Les quería comentar que esta semana no pude escribir asique solo tengo un capitulo para subir. Estuve con muchas cosas y no hice a tiempo. Espero poder volver cuanto antes.

Desde ya muchísimas gracias por leerme. Ojala que les guste el capítulo.

Saludos 💚

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Desde que tenía uso de razon,
Alex, acostumbraba a estar la mayor parte del día sola, ya que su madre Dianne salía a trabajar temprano por la mañana y volvía cuando se hacía de noche. La joven sabía que si la veía en casa de día significaba que algo pasaba. Esa tarde al llegar, revoleo la mochila por cualquier lado como de costumbre, y cuando la misma tocó el suelo haciendo un ruido fuerte fue que se dio cuenta del error que había cometido.

—¡Ni se te ocurra dejar eso tirado ahí, Alex!—el tono autoritario de su madre la tomó por sorpresa.

—Ma.. ¿Qué haces aquí?—corrió a levantar todo con rapidez. Su madre se veía agotada,  tenía ojeras y una ansiedad que era notoria en su cuerpo.

—Nada... bueno si, algo—se abrazo así misma evitando mirar a su hija a los ojos.

—Por favor dime que todo esta bien..—pronto Alex comenzó a sentir un frío recorrer su cuerpo y la abrazó fuerte a la mujer escondiendo el rostro en su ropa.

—Mi jefe cierra su sede aquí...—respondió con tacto dado que las manos de su hija apretaban con fuerza su espalda.—hace un tiempo que está trabajando en la apertura de otra sede en California, y quiere mantener el personal...—anunció. Alex se separó de inmediato para ver a su madre con una expresión que no terminaba de entender.

La pelinegra últimamente estaba tan contrariada con todo lo que estaba viviendo con Piper que no terminaba de entender los que su madre le decía. No logro unir cabos a tiempo y las palabras de su madre la golpearon con fuerza, dejandola aún más confundida, llena de dudas y sensaciones ambiguas.

—¿Alex? ¿Comprendes verdad?—preguntó la mujer mayor al notar que su hija se había quedado callada mirando hacia un punto fijo.

—¿Qué?... si.

—Decía que mi jefe abrió una sede en California.. y me quiere allí trabajando para él...

Alex asintió, y comenzó a sonreír. Significaba que su madre tendría una mejor oportunidad en otra ciudad más grande,  el lugar se llenaría de gente y su madre podría hacer una diferencia de dinero de manera significativa. Era una buena noticia.

—¡Bien ma! No sabes lo feliz que me pone por ti...—la volvió a abrazarla con fuerza. Dianne sonrió, no del todo segura si su hija había entendido el verdadero significado.

—Alex... de verdad entiendes ¿cierto?

—Si, ma. ¡California te sentará de maravilla!—expresó de manera enérgica. Ciertamente estaba feliz por su madre. Después de todo, era bueno que su madre tuviera otra oportunidad.

Nos... sentará bien. Porque tu vienes conmigo, cariño—anunció alegremente siguiendo la algarabía que la joven había traído. Y fue en ese instante que el semblante de Alex se nublo. Obviamente que su madre ni  la dejaría sola, en otra ciudad a kilómetros de distancia de ella, siendo que aún era menor de edad.

—Pero...

—Ningún pero.. como has dicho Alex, nos hará bien un cambio de aire. Y para ti también significa más opciones a la hora de elegir una universidad—le besó la mejilla y volvió a la cocina para continuar con lo que hacía, mientras que una atormentada joven quedaba parada en el medio de la sala.

Dear PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora