Dear Piper

Cincuenta y uno

Hola

Bueno qué decir? Antes de comenzar tengo algunas cosas que me gustaría aclarar. Tampoco quiero hacer un drama (real) de la situación, ni generar disputa.

Esta historia es Vauseman, y quiero disculparme si a veces me desvío de la centralidad de los personajes. Honestamente me gusta jugar y explorar los distintos aspectos o tramas que van surgiendo en mi cabeza, y de alguna manera u otra me atrevo a ponerlo en palabras.
Lo hago porque siento que si todo fuera sobre nuestras queridas, se tornaría un poco aburrido, o al menos a si lo veo desde mi humilde punto de vista.

De igual manera, creo que estamos en la recta final de historia. Me he dado el lujo (y que lujo! Jaja) de escribir todo lo que quería sobre ellas.

También quería aclarar (por mas minima que sea la escena o mención) que la temática de este capítulo en particular puede ser tópico sensible para algunas personas, asique pido cautela.⚠️ Igualmente esto no deja de ser una ficción, son personajes ficticios y escenarios que salen de mi cabeza por más increíble que sea.

En fin, pido disculpas y agradezco enormemente a todxs por estar del otro lado, después de años de estar aquí en este sitio aún me sorprende que haya alguien que se interese en leer esto.

Les mando un fuerte saludo y les deseo buen comienzo de semana. 💜

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Casi dos semanas pasaron desde que tomaba clases particulares en la biblioteca, quince largos y extenuantes días en los que no tenía descanso. Primero lo quiso, y luego se dio cuenta que no podía. No había forma de concentrarse, tenerla tan cerca y a la vez sentirla tan lejos le estaba haciendo daño. Ya no le importaba nada, el colegio podía desaparecer frente a sus ojos que a ella le daba exactamente lo mismo.

Y por su lado, Piper lo intento realmente, probo de varias maneras, incluso hizo uso de las tácticas de enseñanza que aplicaba en sus clases, las cuales normalmente le daban buenos resultados al lograr captar la atención de todos y querer hacerlos participar. Pero con Alex no había caso, ella sentía perdida, y ni que hablar de la joven.

En ese instante se dio cuenta, como tantas otras veces, que la pelinegra la miraba pero no estaba presente. Pero esa vez no pudo dejarlo pasar, no tuvo la voluntad de ignorarlo. Cerró el libro bruscamente, y apoyó en la mesa el lápiz que sostenía en la mano. Aquella acción pareció finalmente captar la atención de la otra.

—No puedo más así, Alex—confesó frustrada—De verdad que deseo ayudarte porque sé que lo necesitas pero... no se cómo—dijo parándose del asiento donde estaba sentada. Alex se tensó por completo al escucharla y se paró al mismo tiempo que ella—Esto no está funcionando... tú estás perdiendo tiempo que no tienes y yo también..  creo que tendré que hablar con Jones—determinó. La joven la miró desconcertada, y su corazón comenzó a latir con fuerza.

—No, por favor Piper... no me dejes—la desesperación se apodero de ella, y la inmovilizo. Alex quería caminar hacia el frente para cerrar la enorme distancia que de pronto se asentó entre ellas, y poder abrazarla, sostenerla entre sus brazos, pero había otras personas al rededor que la frenaban.