Dear Piper

Cuarenta

Se despertó un rato más temprano de lo normal, estaba ansiosa por alguna razón. La conversación del día anterior con Alex la había dejado pensando. Si la quería volver a ver pronto tendría mucho trabajo por delante.

Tuvo la ocurrencia de pedir vacaciones adelantadas, quizás era la mejor opción ya que no se podía ir así nomas y dejar el trabajo a la deriva. Piper era buena en lo que hacía, y estaba casi segura que no tendría problemas con su petición.

Usualmente el inicio de semana no era lo mejor en su rutina porque tenía que dar clases en el otro colegio del cual no era devota, mayormente porque se aburría. Pero esa mañana en su mail había un comunicado de la directora Jones solicitando su presencia en su oficina.

El otro colegio era muy bueno pero lo que tenía de malo eran las clases. El tiempo se tornaba denso, no solo para ella sino para los alumnos, claro estaba. Ya había intentado de todo, cambiar de bibliografia, implementar lecturas cortas, incluso un taller de escritura por si alguno estaba interesado en eso, pero nadie participaba. Se hacía completamente dificultoso para la rubia dictar clases allí.

Y luego estaba el hecho de que no tenía profesores cercanos con los que entablar siquiera una conversacion, lo cual no era un problema al principio, pero dadas las circunstancias y su último encuentro con Lorna, el hecho de estar sola allí también apestaba.

Habían pasado dos días enteros en los que ni ella ni la castaña se habían escrito un mensaje o llamado para saber de la otra.

Piper había huido prácticamente de su departamento y estaba a la deriva, pagando un cuarto de hotel, el cual realmente no estaba en condiciones de mantener por mucho más. Necesitaba con urgencia conseguir algún alquiler a un precio razonable y lo más cerca del trabajo posible para facilitar el traslado.

Después de dos largas horas, donde fue miserable frente a un salón de alumnos que pensaban en otras cosas sin prestarle atención, se tomó un receso. Había llevado su computadora en la cartera con la intención de hacer divertida la clase pero sin obtener resultado, y en ese momento le venía bien para buscar lo que necesitaba.

Se sentó en la sala de profesores, aprovechando que estaba vacía y se puso a buscar. Rápidamente aparecieron anuncios de diferentes locaciones, casas y departamentos cerca de la otra escuela. Hubo un anuncio que le pareció decente y llamó para obtener más información.

La dueña del departamento le explico de qué se trataba, las reglas de convivencia entre otras cosas y a la rubia le intereso lo suficiente como para acordar un visita esa misma tarde. Si todo estaba en orden, elegiria mudarse allí.

Estaba tan ocupada en su tarea que no se dio cuenta del tiempo que había pasado, ni de que en su móvil había sonado.

1 llamada perdida de Lorna

Carajo

—Hey Pipes... disculpa que no te hablado antes ¿Cómo estas?—Lorna atendió a la primera. La mujer sonaba normal, no se notaba ninguna actitud extraña en ella—Sé que hoy no tienes que venir aquí pero igualmente ¿podrás pasar en un rato? Quería hablar contigo sobre los trabajos—preguntó, más bien era un ruego.

—Si por supuesto Lor, te veo en un rato... y no te preocupes... Jones quería verme también...— la rubia habló un poco más aliviada ante el tono amable de la otra. Espero un ataque de preguntas sobre el tema en cuestión pero por ahora todo iba normal... o casi.

—¿Y eso?... ¿todo bien Chapman?—hubo un cambio de tono repentino en el tono de la castaña. Pero sabía que probablemente quería detalles sobre cómo estaba la situación acorde a la ultima conversación que habían tenido. De igual forma hizo caso omiso a eso, no le interesaba hablar del tema en ese preciso instante.