Lorna se encontraba junto a Nicky en el baño exclusivo de profesores, ya que en el de alumnos sería sospechoso que las vieran juntas. La ojimiel la ayudaba con el golpe que le había propiciado el hombre, mientras planeaba en su mente escenarios en los que lo torturaba hasta la muerte.
Jamás imaginó, o se le cruzo por la mente pensar que aquella persona que por fuera parecía calma, buena y honesta, resultaría ser semejante psicópata. La joven aún pensaba cómo era que Lorna se había juntado con el hombre en primer lugar.
—Gracias Nicky, te debo una...—respondió un poco más recompuesta de la situación traumatica que terminaba de atravesar. La joven negó con la cabeza y le dio una leve sonrisa.
—¿Te puedo pedir otra cosa?—se acercó levemente a Nicky, dejandola tensa. La ojimiel asintió con total soltura, como si nada le pasara por dentro cuando la tenía cerca—¿Esto puede quedar entre nosotras?—le pidio pero sono mas a ruego que otra cosa. A pesar de la calma con Nicky enfrentaba a la castaña no podía dejar de lado sus verdaderos sentimientos, su postura frente la situación y sobretodo su extrañeza ante el pedido.
—¿Y por qué debería callar semejante atrocidad? Él te pegó, y dios sabe lo que te ha hecho aquella noche en la que te encontré encerrada en el baño de un bar..—se cruzó de brazos. Apretaba la mandíbula mientras su cerebro maquinaba ideas, enojada con lo que la otra pretendía. A decir verdad, la joven no lograba asimilar cómo Lorna tenia ganas de defender al hombre, era una completa locura.
—Te lo ruego... yo, prometo que te contaré todo pero no hables con nadie más por favor—sus ojos se aguaron y la ojimiel no pudo contra aquello. Después de todo, ella estaba enamorada de la mujer y ese sentimiento no sabría por cuanto tiempo más lo podría ocultar.
—De acuerdo, solo callaré si me cuentas qué ocurrió—accedio al final, logrando que la otra respirara aliviada. Lorna en seguida se lanzó a sus brazos a modo de agradecimiento, y su corazon latió rápidamente de alegría.
Tenerla cerca le movía la estantería completa, pero su mente le decía que no era buena idea lo que le pasaba.
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Llegó tarde a casa, más de lo planeado y lo unico que queria hacer era ducharse y dormir. Alex había tenido una larga jornada, y sabía de antemano que el resto de la semana sería igual o peor de intensa. El solo hecho de pensar en tener que recuperar casi un mes de clases de materias a las que detestaba era mucho trabajo, le demandaria tiempo, concentración y paciencia, y no estaba segura de tener la voluntad para hacerlo.
—Jovencita ¿a dónde crees que vas? ¿Se puede saber donde estuviste Alex?—Dianne la interceptó de camino a su habitación, pero la joven pasó a su lado como si nada.
—Vengo de lo de Nicky, ma..estuvimos haciendo un trabajo, ya sabes... cosas de la escuela—comentó desganada e ingreso en su cuarto. Dianne la siguió de cerca no del todo convencida.
—¿Alex recuerdas el mensaje que te envíe esta mañana? Bueno, necesito que hablemos—la mujer no podía esperar más.
—Estoy realmente agotada ¿puede ser después?—pidió frunciendo los labios mientras buscaba su pijama.
—Es importante, Alex—dijo con firmeza, y sin importar mucho que su hija se opusiera, se sentó en la cama de la joven dispuesta a hablar.—He encontrado trabajo—anunció finalmente captando su atencion—en la empresa del padre de Nicole...
Alex le sonrio hasta que asimilo la noticia en su totalidad—¿Qué? No, no puedes aceptar... ese hombre es... no, no te conviene—se acercó hasta la mujer arrodillandose frente a ella.
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Dear Piper
FanfictionAlex esta enamorada de su profesora de literatura desde que la vio por primera vez... ¿Será capaz de confesar su amor? Disclaimer: Los personajes le pertenecen a Jenji Kohan y a Netflix. Marco contenido adulto porque probablemente más adelante lo se...