Nueve

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Alex se despertó esa mañana con una sensación muy extraña en el cuerpo, se sentía fuera de sí como si flotara en lugar de caminar. Bajó la escalera lentamente para ir a la cocina y saludar a Dianne antes de irse a la escuela, pero no pudo hacer más de tres escalones que tuvo de desacelerar la velocidad de sus pasos.

-¿Hija te encuentras bien?...-Dianne se percató.

-Si ma, recién me levanto eso es todo..-le aseguró la pelinegra.

-Bueno, te prepare un nutritivo desayuno. Come algo y andarás como nueva otra vez-la mujer mayor le sonrio mientras depositaba un plato sobre la mesa.

-Estoy apresurada ma, Nicky me espera afuera-Alex se acomodó las gafas y el cabello frente al espejo del living y tomó su mochila, colocandola sobre su hombro.

-¡Alex Pearl Vause, te sientas y comes algo ya!-exclamó Dianne, volteando para darle una mirada de muerte. La joven bufo, cansada y obedeció.

Dianne satisfecha con su trabajo dejo la cocina para irse a cambiar, ella también tenía una rutina que seguir.

Alex, encontrándose sola, tomó la oportunidad de huir de casa sin haber comido prácticamente nada más que un bocado.

Al transitar los pasillos, nuevamente sintió algo extraño, su visión por un momento se nubló y tuvo que detener sus pasos.

-Hey Vause ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a alguien?...-Nicky la sostuvo creyendo por un instante que la otra se caeria.

-Estoy bien, Nichols. Vayamos-rodó los ojos. No había manera de que permitiera que alguien la ayudara, sin importar quien fuera. Ella podía sola.

Al llegar al salón, Piper ya estaba sentada en su escritorio con una computadora frente a ella. Alex miró en su dirección para comprobar si la rubia la registraba, o si le decía algo. De acuerdo a la última vez que se habían visto, la otra le había hecho una propuesta respecto a su clase. Pero nada sucedió, Piper parecía muy compenetrada en lo suyo.

Alex se sentó en el lugar de siempre, con Nicky a su lado. Faltaban algunos compañeros por lo que todavía tenían unos minutos antes de que la profesora comenzará a dictar clases.

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Por el rabillo del ojo la vio entrar y se tenso. Desde hacía unos días que Alex, de vez en cuando durante el dia, se aparecía en sus pensamientos.

Piper estaba preocupada. Primeramente por culpa de Zelda... ¿Qué iba a hacer con ella? ¿Terminar la relación sin antes hablar?

No le parecía justo en lo absoluto, llevaban más de dos años juntas y siempre tuvieron buena comunicación. La repentina extrañeza de Zelda la descolocada por completo. Piper quería respuestas, necesitaba entender, unir las piezas y completar el rompecabezas.Zelda había desplagado un completo misterio ante sus ojos pero sin una pista.

Y en segundo lugar su alumna, Alex. ¿Por qué de pronto la joven era alguien que le despertaba interés? ¿Por que le había regalado su libro favorito? Apenas y había cruzado algunas palabras con ella y al parecer le habían bastado para querer saber más.

Lo que más le llamaba la atención era lo habilidosa que era Alex para pasar desapercibida, porque no tenía registro de haberla visto antes. ¿ Se había hecho una cambio de look? ¿Era nueva en la institución? La situación le resultaba irritante en cierto punto.

¿Cómo podía ser que siendo profesora no se acordaba de la joven? Aunque podía pasar, ella trabajaba en otras escuelas. Veía cientos de adolescentes por día, era probable no recordar un rostro.

Dear PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora