Diecinueve

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Piper acababa de confirmar lo que había querido negar hasta las últimas consecuencias, que en definitiva estaba completamente obsesionada con Alex. Jamás pensó que algo así era posible a esas alturas de su vida, creyó haber conocido todo, pero lo que Alex le provocaba era distinto. Y existía una cuestión con ello, primero que no lo entendía, y segundo, tampoco encontraba explicación coherente para poner en palabras lo que sentía.

¿Era amor? No podía saberlo, le parecía demasiado pronto para eso. ¿Era atracción sexual? Definitivamente se sentía atraída por la joven, pero había algo más que aquello. De igual manera, lo único claro para ella era que estaba en serios problemas... y por primera vez podía decir que se sentía demasiado bien.

Flashback

Llevaban algunos minutos besándose. Alex apoyada contra la parte trasera del escritorio, mientras que Piper estaba parada entre el hueco de las piernas de la otra, tomándola por el cuello. La más joven jugabas con ambas manos apoyadas sobre su cintura, haciendo presión para mantenerla en el lugar.

Si alguien intentaba predecir el resultado de aquella discusión inicial nadie hubiera adivinado que terminarían a los besos. Lo que había comenzado como lo que Piper creyo una intervención para poder hablar con su alumna se le escapó de las manos.

Cada caricia hacía aumentar la temperatura de ambos cuerpos. Piper, con más experiencia que Alex, llevaba la delantera ya que poco a poco ahondaba más con su boca sobre la otra y sus caricias eran más duraderas y placenteras. Ni siquiera la falta de aire era suficiente para separarlas, ambas estaban donde querían estar, y sus cuerpos lo demostraban.

La rubia necesitaba desarmar a la otra por completo, por lo que comenzó a frotar su rodilla contra la entrepierna de Alex logrando finalmente que la joven se apartara agitada.

-Mierda, lo siento...no quise...-la rubia la miró con terror preocupada de haberse sobrepasado. Sintio la necesidad de alejarse un poco, tomándose la cabeza.

¿Te encuentras bien Alex?—se animo a preguntar una vez más, pero no se daba cuenta que la pelinegra se encontraba en una especie de trance. Alex no estaba bien para nada, muchos sentimientos entrecruzados.

No puedo... si, estoy bien pero no puedo—se tomó el pecho ya que su corazón latía a mucha velocidad generandole pavor—debo irme, lo siento—casi en un hilo de voz.

La hoja por la que todo inició había caído al suelo con el ajetreo de los cuerpos. Sin embargo Alex no solo no se molestó en tomarla sino que, sin hacer contacto visual con Piper, se marchó.

Fin del flashback

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Se sentó en el filo de la cama aún shockeada con lo que había pasado esa misma mañana. Alex no era capaz de alejar su mente de la escena ocurrida en el salón.

Piper, su profesora, de la cual ella estaba enamorada le había demostrado la atracción que tenía por ella. De a poco fue hilando en su cabeza la idea de que pasó de ser alguien insignificante sentada en una clase, a alguien que la profesora destacaba del resto... por ponerlo de alguna forma.

En otro momento, mejor dicha antes de saber la cruda verdad, quizás hubiese estado por las nubes, pero la realidad era distinta. Ella no se sentía bien haciendo aquello con Piper porque la otra estaba con alguien más. La joven sentía que estaba en falta no sólo por lo que significaba toda la situación en sí sino que se sentía mal de engañar a otra persona.

Dear PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora