Cuarenta y seis

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Había pasado casi una hora desde que abrió los ojos aquella mañana, y no pudo hacer más que permanecer recostada mirando al techo. El día anterior había sido una locura, y las palabras de Nichols daban vueltas en su cabeza.

Era claro que la oportunidad era única, y si bien no era el tipo de trabajo al que estaba acostumbrada a hacer, necesitaba hacer algo con su vida. Su hija aun vivía con ella y tenía que hacerse cargo de los gastos, y ni que hablar del dinero para pagar la universidad de Alex. Los ahorros no durarían mucho tiempo más.

Pensar en su hija le hizo recordar que el día anterior no la había cruzado ni una sola vez y le resulto extraño ya que Alex cuando quería era bastante hermitania. Prefería estar en casa leyendo que irse de fiesta, y no la culpaba. Se levantó con ansias de ir a su encuentro y hablar sobre la oportunidad que se le había presentado pero se topó con una cama vacía.

Le resultó completamente fuera de lugar que su hija no estuviera a esa hora en casa. Era temprano aún para ir a la escuela, y usualmente ella era la que se encargaba de despertarla.

Dianne (7.14 am)
Alex donde estas?

Dianne (7.35 am)
Ayer no viniste a casa y al parecer tampoco a dormir

Dianne (7.42 am)
No hay problema con eso. Pero al menos avísame

Dianne (7.59 am)
Estas bien?

La falta de respuesta de la pelinegra comenzó a molestarle y preocuparle por lo que tuvo que vestirse un poco más decente y dejar de lado la bata que no se había quitado casi por una semana para ir a ver a la vecina. Lo primero que se le vino a la mente fue Nicky ya que eran como hermanas y la otra probablemente sabía del paradero de su hija. Sin embargo, cuando tomó las llaves, lista para salir, se topó con la persona que estaba buscando.

-Hey Dianne, buen día-la ojimiel se acercó hasta la puerta de entrada para saludarla con una sonrisa.

-Nicole, querida, justo estaba por ir a verte-comentó visiblemente alterada, estaba a poco de perder la cordura-¿Sabes donde está Alex?-pregunto con los ojos grandes, el temor ya implantado en ella.

Nicky la observó como tratando de entender lo que la mayor le terminaba de preguntar, debido a que justamente Alex era el motivo que la tenía allí parada.-Creí que estaba aquí durmiendo, por eso venía a buscarla... para ir a clases-frunció los labios mientras sujetaba las tiras de su mochila, nerviosa.

Dianne, al descubrir esa nueva información, corrió nuevamente dentro para llamarla por teléfono. Cuando la pantalla se encedio, su corazón volvió a latir con normalidad.

Alex (8.05am)
Todo esta bien ma, estoy con Nicky.

Alex (8.06am)
Estoy yendo a la escuela

Si bien no llego a entender el motivo por el cual su hija le mentía, al menos se encontraba a salvo.

-Nicole, Alex esta ya camino a la escuela, ve tranquila-informo al regresar a la puerta. La joven asintió no conforme del todo, pero nada que pudiera aclarar con Dianne. Se volteó para seguir su camino pero la mujer la detuvo-Y gracias... por todo-Nicky sonrió a gusto.

Definitivamente había algo extraño con su hija, y lo averiguaria más tarde porque ver a Nicky le hizo tomar una decision que tan en vilo la tenía. Le daría una oportunidad al puesto en la empresa del señor Nichols, y esperaba que las cosas cambiaran para mejor.

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El molesto sonido de la alarma la hizo saltar, aunque algo le impidió moverse del todo. Abrió los ojos lentamente ya que el sueño había sido tan pesado que costaba poder abrirlos con facilidad.

Dear PiperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora