Capítulo 44

376 56 65
                                    


Ivana abrió los ojos como un par de canicas, sintiendo tras su cabeza aquella arma. Aún así se quejaba y lloriqueaba un poco, sujetaba su vientre con sus manos.

Pero realmente eso me daba igual.

Lo importante ahora era que Bárbara estaba ahí, con esa pistola, y que algo podría salir terrible.

- Déjala.. - Susurró ella, y vi como los ojos de Ivana se abrían más por la impresión. Seguramente el oir su voz, tan parecida a la mía, la había dejado fría.

Se dio vuelta rápido, sin importar las circunstancias, y mucho menos lo que ella podía hacerle, sólo se giró, quedando frente a frente con ella. Y fue ahí en donde inmediatamente se volteó para mirarme a mí.

- ¿Qué? - Preguntó conmocionada, mirando de nuevo a Bárbara, y mirándome a mí. Giraba tanto la cabeza que ya me estaba mareando hasta a mí, Bárbara por su parte mantenía una expresión seria y tranquila.

Pero sin dejar de apuntarle.

Era como si no sintiera nervios, o no tuviera miedo de que esa cosa se le disparara.

- ¿Quién demonios eres tu? - Se incorporó y ahora sí quedó totalmente de frente con Bárbara, aún tenía la mano posada en el vientre. Era muy notorio que le dolía. - ¡Eres igual a mi prima!

- ¿Tu crees? - Le pregunté a Ivana mientras yo también me incorporaba, con algo de dolor en la pierna por el golpe. Le hablé tan cerca al oído, que se sobresaltó. - ¿No estarás enloqueciendo Ivana?

Ella me miró asustada, y negó con la cabeza desesperadamente.

Sí estaba loca.

- No.. No.. ¡No! - Miró de nuevo a Bárbara, pero ella ya no estaba. Seguro se había metido en el baño. - ¡Esa mujer es igual a ti! ¿Dónde está?

- ¿Cuál mujer? - Pregunté tratando de contener la risa. Buscaba poner a Ivana en jaque. - La señora ya se fue... No hay más nadie aquí.

- ¡Esa, esa mujer! ¡Tu visita! Es idéntica a ti.. - Gritó tratando de convencerme, abría los ojos como una desquiciada.

Y luego decían que la loca era yo.

- Ay Ivana, me preocupas... -  Dije tranquila. - Ahora me deliras por todos lados! Estás mal... Muy mal.

- ¡Eso no es cierto! ¡Yo vi a esa mujer!

Al parecer el universo estaba de mi lado, y los del psiquiátrico aparecieron de pronto. Seguro venían a ponerme una nueva dosis de esas drogas, o a llevarme de una vez a la clínica, pero creo que a quien se llevarían ahora, era a la demente de Ivana.

- Yo vi a esa mujer... la vi.. - Repetía Ivana con un total desequilibrio. Que bueno que ella misma me ayudara a refundirla en el loquero.. - Son idénticas...

Pero aunque las pruebas estuvieran a sus ojos, esa gente ni siquiera miró a Ivana y a sus ataques de psicosis. Caminaron apresurados hacia mi, y yo por instinto busqué correr.

- ¡Déjenme en paz! - Pedí mientras medio hacía el intento de correr, y ponía mis manos frente a ellos, en forma de protección. - Yo estoy bien... Vean a mi prima, ella sí necesita ayuda.

- Tenemos que tranquilizarte, estás alterada. - Dijo una enfermera tratando de sonar amable, y se acercaba a mí con cuidado.

¿Acaso pensaba que le haría daño o algo así?

Y olvidé que no podía confiar en las personas, aunque por fuera demostraran ser de fiar, ser buenos, y apacibles.

Aquella mujer cuando estuvo cerca de mí, me neutralizó con la mano en el pecho, e inmediatamente me pinchó el cuello con algo. Alcancé a quejarme, y también a sentir como una gota de sangre se deslizaba por el cuello.

Veneno en la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora