Capítulo 78

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Valentina estaba en su habitación guardando el papel en uno de los cajones de su armario, suspirando profundamente y cerrando con llave. ¿Cómo lo había recuperado? Bueno, había sido toda una odisea. Pero estaba en sus manos, y también se había asegurado de que Ivana no dijera nada.

-- ¡Valentina, hija! - Entró la señora Isabel alterada y angustiada.

La castaña se dió vuelta y la miró.

-- ¿Qué sucede tía? - Preguntó algo cansada y mostrándose aún un poco mal.

-- Tenemos que llevar a tu prima al centro de salud, ¡Se cayó de las escaleras! - Exclamó desesperada y vuelta un mar de lágrimas. La señora se acercó con súplica hasta Valentina quién se mantenía reacia. -- Ayúdame por favor hija...

-- Tú.. ¿No te diste cuenta? - Preguntó la dueña.

-- No, no estaba aquí... Sabes que Iluminada salió a ver a su mamá, Gabriela está en la escuelita.. Y... - Isabel miró a su sobrina. -- Sólo estabas tú aquí.

Valentina se acercó a la mesa de noche y sacó un tarro de pastillas del cajón.

-- Y yo estaba durmiendo.. - Dijo tranquilamente. -- Tal vez por eso no escuché nada.

-- ¡Vamos! ¡Vamos! Quién sabe desde cuándo está ahí tirada.. - Su tía la miró con horror y desesperacion. -- Vamos a buscar ayuda..

La tomó de la mano y la haló fuera de la habitación.

-- Hay que llamar a Felipe.. - Dijo Valentina fingiendo compasión por su prima accidentada.

Isabel y Valentina llegaron a la cima de las escaleras y observaron a Ivana, la señora seguía llorando mientras que Valentina sólo la veía con una tranquilidad inquietante. Luego bajaron rápidamente las escaleras, bueno, lo más rápido que la castaña pudo, y llegaron hasta donde se encontraba tirada la ojiverde.

-- ¡Ivana, hija! Reacciona por Dios.. - Gritaba la señora. Luego volteó a ver a su sobrina. -- Cuando llegué intenté ayudarla pero nada que viene en sí. Hay que llevarla urgente al hospital.

-- Tía.. está sangrando. - Agregó Valentina mirando en sus piernas. La sensación fue indescriptible...

Y se sentía fatal, fatal por no sentirse mal.

-- ¡NO DIOS MÍO! ¡Mi nieto! - Gritó alterada. -- ¡Ve y busca ayuda Valentina, ayúdame!

La castaña se puso de pie y salió de la casa, cuando estuvo afuera simplemente llamó a unos trabajadores y les contó la situación.

-- Vayan en una camioneta y llevénla a San Pedro..

-- ¿Usted no viene?

-- No.. - Agregó ella tranquila. -- De hecho, voy de salida. Vayan ayuden a mi tía.

-- Sí señora.

Valentina se subió en su auto, y salió de allí, no quería escuchar los gritos y el escándalo de su tía. Le molestaba su drama.

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Luego de haber conducido un poco, llegó a la casa de Jose Miguel, ya estaba cayendo la noche pero no le importaba, tenía que hablar con él. Y su corazón empezó a latir más rápido que de costumbre, estaba un poco asustada, y no precisamente por lo que había hecho hace un rato con su prima.

Tenía miedo de verlo a él, y de que él la viera a ella. Pero sólo suspiró, cerró los ojos un momento, y tocó la puerta.

A los segundos esta se abrió y apareció Teresa frente a ella, un poco desconcertada y nerviosa. Mirándola también con...¿Temor?

Veneno en la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora