- No le diga nada a Valentina por favor... - Jose Miguel estaba sentado junto a Bárbara en el sofá de la sala.- ¡Es que no debiste decírselo Jose Miguel! ¡Era algo de Valentina!
- Prácticamente medio pueblo lo sabe.. - Dijo él queriendose mostrar tranquilo, pero en el fondo el dolor lo carcomía. - Ahora que su gemela no lo sepa..
La pelinegra pasó saliva.
- ¿Cuál gemela? ¡No estamos para bromas Jose Miguel! - Doña Isabel enojada inmediatamente miró hacia la mujer. Reconocía que era muy parecida a su sobrina, pero para nada igual.
Bárbara volvió a removerse incómoda en su sitio.
- ¿Es que no la ve? - Él rió irónico.
- Bueno, ¿Y usted quien es? ¿Por qué se parece tanto a Valentina? - La señora miró a Bárbara y la señaló con la mano.
- Ya le dije, Soy Bárbara Greco... - Soltó ella con paciencia. - Realmente no sabemos porqué nos parecemos, pero eso ya no es relevante para nosotras.
- ¿Estás segura que ese es tu nombre? - Preguntó incisiva la señora Isabel. Bárbara disimuló su asombro, claro que ese no era su nombre. Pero no iba a decirlo.
Además, ¿Por qué aquella señora sospechaba de ella?
- ¿Perdón?
- Claro que se llama así, es Bárbara Greco de Elizalde... - Intervino Jose Miguel. - ¿No es así?
La pelinegra asintió.
- Así es..
- Digo, tal vez puedes ser familia lejana de mi sobrina... Por parte de la familia de Rogelio. - Dijo la señora sembrando la duda en ella.
Bárbara quedó estupefacta, y muy confundida. Era cierto que el parecido entre ambas era impresionante, pero realmente no se había puesto a pensar en la razón de aquello.
¿Y si sí era algo de Valentina?
- Rogelio era el padre de mi bonita.. - Añadió Jose Miguel notando a Bárbara confundida.
- No lo sé... La verdad. - Bárbara se sinceró por primera vez frente a unos desconocidos. - Mis papás murieron cuando yo aún era pequeña.. No es que sepa mucho de ellos.
Isabel abrió los ojos totalmente sorprendida, empezaba a atar cabos, y a conectar recuerdos. Pero lo que ella no sabía, era que se trataban de personas diferentes.
Jose Miguel también se sorprendió.
- ¿Cómo se llamaban tus papás? - Preguntó Isabel mucho más interesada.
Bárbara suspiró, le desagradaba mucho hablar de ellos. Y recordarlos...
- Rebeca, y... Pedro. - Soltó.
Isabel suspiró igualmente, parecía aliviada. Estaba empezando a creer cosas que realmente ya no tenían sentido, recordaba algo sucedido hace muchísimo tiempo, y que por un instante, creyó que podía tener relación con esa mujer tan parecida a su sobrina.
Hace 33 años.
- ¿Estás lista querida? - Preguntaba Isabel muy animada a su hermana quien tenía una enorme panza de más de ocho meses. La rubia llegaba a ayudar a su hermana y al cuñado en el trabajo de parto.
- ¡Ya están apunto de nacer Isabel! - Exclamó Cecilia emocionada, mientras se apoyaba en su hermana para ir saliendo de la casa. - Por fin veré a mis niñas...
- ¿Acaso me van a dejar? - Preguntó un animado hombre, era Rogelio Villalba, quien traía un bolso con las cosas de sus bebés. - Esperen, mujeres..
- Ay apurate Rogelio, ya van a nacer.. - Dijo Isabel.
- Claro, como tu no eres quien siente las contracciones.. - Añadió irónica Cecilia, subiéndose al auto.
- Ya.. Ya, no me regañen... Vámonos.
Pronto el auto arrancó directo al hospital, dejando una estela de polvo sobre el camino.
Dos horas más tarde, el panorama que parecía feliz y emocionante, se había tornado agridulce, y muy triste para la familia. Sólo había nacido una de las bebés, o al menos, eso era lo que decían los médicos.
- ¿Cómo así que sólo nació una niña? ¡Todo estaba bien! - Gritó Rogelio en medio de las lágrimas.
- La bebé sobreviviente la absorbió por completo, lastimosamente, la otra bebé venía con complicaciones y era muy débil, no pudo desarrollarse bien...
- ¿Cómo es posible eso? Las dos niñas estaban en perfecto estado! - Exclamó Isabel bastante contrariada, le parecía absurdo todo lo que decían.
- Tal vez la señora tuvo un aborto espontáneo sin siquiera darse cuenta... La hinchazón del vientre tan grande, no era porque habían dos bebés... - Explicó la enfermera. - Es que la gemela sobreviviente nació bastante grande.
- Dios mío, no puedo creer nada de esto. - El hombre se llevó la mano a la cabeza desesperadamente, y negaba una y otra vez. - Cecilia estará destrozada en cuanto lo sepa..
- La señora está en este momento aún inconsciente por el efecto de la anestesia, a pesar de que nació sólo una bebé, fue necesario practicar cesárea. - Agregó la enferma muy convincente. - Como le dije, la niña nació pesando bastante..
Isabel negaba también con la cabeza, mientras trataba de entender que sucedía.
- ¿No quieren pasar a verla?
Rogelio asintió desanimado, y fue a mirar a su única hija.
.
- Es preciosa... - Decía la enfermera, viendo a la pequeña bebé.
Era tan chica que cabía perfectamente en la mano de su padre. Un hombre alto y de aspecto serio.
La niña tenía sobre su pequeña cabeza un manojo de cabello castaño, y sus ojos eran como el color de la miel. Después de dos semanas de atención en neonato, estaba completamente bien, y sana.
Había nacido con algunas complicaciones respiratorias, pero ya todo estaba bajo control.
La enfermera tomó a la bebé que no paraba de llorar y se la entregó a la mujer en la camilla, la pelinegra la agarró con cuidado y la apoyó en su pecho. La niña estaba hambrienta.
- Cuidenla mucho... Se ve que será una niña de cuidados. - Advirtió. - No se sabe si tal vez vuelva a presentar problemas respiratorios... Esperemos que no. Nació muy baja de peso, por favor alimentenla muy bien...
- Así será señorita... - Respondió contenta la joven viendo a su nueva hija.
- Sean bastantes discretos por favor... - Le pidió por última vez, y luego los miró. - ¿Frutos Rebeca y Sánchez Pedro, cierto?
Ambos asistieron.
- ¿Cómo se llamará la niña?
- Rebeca... Como yo... - Se adelantó a decir la mujer. - Rebeca Sánchez Frutos..
La enfermera hizo un par de apuntes más, y se fue.
- Bueno Rebeca, te cumplí tu caprichito de tener un escuincle... Espero que esa niña nos sea útil, y no todo lo contrario. - Comentó el tipo con frialdad. - Gasté casi todo el dinero pagando por ella..
- Ya lo sé... - Dijo la mujer mirando enternecida a la bebé. - Es tan linda... Te aseguro que esta niña cuando crezca será grande, será bellísima...
- Si, ya lo veo... Si no se nos muere antes de llegar al año. - Añadió el hombre fastidiado viendo a la pequeña. - Está toda débil Rebeca, esa niña es muy enfermiza...
- Ya verás que se pondrá sana y fuerte.. - Rebeca miró a la bebé tomando de su pecho algo desesperada. - Mira... Tenía mucha hambre..
Pedro volteó a ver a la niña, no lograba tomarme cariño.
- Te cuidaré mucho mi Rebe... - Dijo la mujer observando a la pequeña con una sonrisa tierna en su rostro. - Serás la niña más felíz y bella de todas...
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Veneno en la sangre
FanficUna víbora y una hiena juntas. ¿Qué podría salir mal?... Valentina y Bárbara han sido dos mujeres víctimas de las crueldades del destino y las maldades de la humanidad. Juzgadas de manera errada. Pero de alguna forma ambas se encontrarán en el camin...