Capítulo 50

419 54 52
                                    


POV Bárbara

Estaba en la biblioteca mirando algunos asuntos de la empresa, y percatándome de que todo estuviera tal y como me lo había dicho Franco. Todos estaban en la empresa, Fernanda también se había ido para allá, seguro había huído despavorida de mí, estoy tan segura de que estoy moviendo algo en ella, y a decir verdad, eso me encanta.

Ahora también estaba esperando a Franco, en la casa sólo estaba Santiago y las muchachas de la cocina, hubiera deseado que Aurora estuviese también, pero aquello era sólo un sueño. ¿En donde estaría mi hija? ¿Cuando volvería a verla? Estoy segura de que Fernanda y Santiago tienen que saber algo del lazo que ella y yo compartimos, si ellos saben su paradero, deben saberlo todo. Y era tan sencillo como traer a Liliana de vuelta, y que ellos me dijeran en donde estaba mi hija... Pero para mí todo resultaba complicado.

Ni siquiera podía tomar decisiones, ni tener la autonomía para hacer algo en estos momentos por ella. Yo sólo era un títere.

En eso escuché el timbre, y salí de mis cavilaciones.. Me recompusé en la silla, y respiré hondo, sabía que él venía con una actitud tranquila, pero nunca se sabía. Franco se había vuelto un tipo muy cambiante, y creo que yo también.

Tocó la puerta, y una sonrisa se dibujó en mi rostro. Me recriminé mentalmente, y traté de ponerme sería al instante.

- Pase..

Franco entró, y cerró la puerta detrás de él.

- Bárbara, tanto tiempo sin verte. - Dijo acercándose. - ¿Cómo estás?

- No ha sido mucho tiempo, hablas como si no me hubieras visto en años..

- Así lo sentí.

- Que bueno que me extrañes.. - Respondí sonriendo, él se acercó y me saludó con un beso en la mejilla. - Que frívolo mi querido Fran...

Sonrió y miró hacia atrás, como percatándose de que nadie estuviera por ahí. Luego me dio un pequeño beso en los labios, se separó y me miró, volvió a besarme pero esta vez con una pasión arrolladora.

- Bueno, viniste entusiasmado, ¿No? - Me pasé la lengua por los labios.

Asintió riéndose.

- Demasiado... -  Confesó, y se sentó al otro lado del escritorio.

- Bueno, cuéntame todo lo que ha pasado.. Todo... - Le dije. - Ya vi que las cosas en la empresa no andan bien, pero... Ese no es el único asunto que me importa, ¿Qué sabes de Aurora? ¿Qué ha pasado con Artemio?

Franco resopló y se puso de pie.

- Son muchas cosas las que me preguntas, hablemos de todo eso luego.. - Dijo acercándose a mí y tomándome de las manos para sacarme del escritorio. - Ven, que me hiciste mucha falta..

- Estás muy mimado Franco, muy cariñoso... ¿Qué tienes? ¿Estás enfermo? - Sonreí viendo su actitud, aunque no puedo negar que me enterneció.

- Más bien dime qué me diste, qué me hiciste... - Me abrazó por la espalda, hundiendo su cabeza en mi cuello y besándome. Aquello se sentía tan bien que quise estar así para toda la vida. - Bárbara no puedo estar sin ti..

- No te pongas romántico ahora Fran, sabes que no me agrada.

- No te agrada porque piensas que miento, pero no es así..

- Ya cállate, y bésame. -  Ordené, y así lo hizo.

Su besos volvieron a mi cuello y sus manos sostuvieron mi cintura, hice mi cabeza hacia un lado para darle más acceso, sonreía tan satisfecha. Me giré dándole el frente, miré sus ojos oscuros viéndome con un brillo distinto, traté de ignorar eso, pero sólo le sonreí, y él volvió a mis labios, me besó, me abrazó. Me sentía diferente, me sentía realmente amada.

Veneno en la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora