Bárbara despertó sobresaltada, agitada, y mirando a todos lados. Sentía una especie de angustia y desespero que no podía explicar, que a la vez le parecía ajena a ella pues a pesar de todo, estaba tranquila, incluso había dormido bien. Estaba tan ansiosa que se sobó los brazos mientras miraba con ojos entrecerrados a la ventana.- ¿Qué hora será? - Preguntó, y se giró a ver el reloj de la cómoda. - Uyy, 6:00 de la tarde... Me voy.
La mujer se puso de pie, y se estiró, estaba un poco más relajada. No sabía que demonios le pasaba en esa casa, si era acaso la compañía, el colchón, los buenos tratos de Franco, o si él le ponía alguna droga en las bebidas y comidas. Pero siempre que estaba allí se sentía tranquila, dormía en paz, descansaba sin tormentos, y salía nueva.
Ahora le apetecía comer, disfrutaba dormir, tenía pocas pesadillas. ¿Qué le pasaba? Era tan confuso... A pesar de que había pasado por días fuertes y cosas terribles últimamente, sentía y percibía como si algo bueno se estuviera acercando, como esa luz al final del túnel que dicen. Pero ella prefería ser escéptica, no estaba para ilusiones en ese momento.
De repente escuchó voces, era Franco y su amigo Steve, hablaban de algo, de ella. Bárbara escuchó tras la puerta, a pesar de que se sentían cerca y podrían descubrirla.
Las lágrimas llegaron a sus ojos al escuchar a Franco, y que en definitiva si hablaban de ella. El corazón se le aceleró, y temía por lo que pudiera escuchar.
- Te lo dije my friend... Esa venganza tuya no iba a terminar como querías. - Decía Steve. Bárbara se llevó la mano a la boca, "venganza", Franco se estaba vengando, ¿Pero de quien? Ella jamás le había hecho nada, ahora sí no entendía. - No te resultó jugar con la señora Elizalde.
No, no por favor... Rogaba al cielo que se estuviese equivocando y que eso fuera mentira. A pesar de que siempre dudó de él, y trató de no enamorarse, aquello le estaba afectando demasiado. Y es que sí, aunque no lo admitiera de lleno, lo amaba. Se había enamorado como una boba de aquel hombre.
- No digas bobadas Stive.. - Ahí estaba Franco. La pelinegra rogaba detrás de la puerta que él lo negara, que saliera de sus labios eso. - No jugué con ella, no tengo corazón para eso..
Bárbara seguía escuchando atenta, ansiosa y sintiéndose tan ridícula en esa situación.
- Dijiste que la odiabas..
- Eso pensé, pero no puedo.. - Confesó Franco. Bárbara empezó a sentir ilusión, ¿Por qué le importaba tanto si él la quería o no? Deseaba en esos momentos golpearse con una pared. - Ella no lo merece..
- Te lo dije. - Exclamó su amigo dando una palmada. - My friend... yo te lo advertí..
- No se si la quiero Steve, no lo sé. Pero no puedo hacerle daño, no quiero que le suceda nada, no quiero que sufra. No sabes todo lo que ha pasado...
- Bueno, ahí tienes la respuesta amigo. - Contestó Stive sonriéndole. - No la quieres, la amas.
Bárbara sonrió debajo de su mano, trataba de no emocionarse tanto.
- Que cursi y romántico Stive..
- No quiero que sufra, no quiero que le suceda nada. - Lo imitó él. - El romántico eres tú Franco, ¿No te oyes? ¡Estás enamorado! ¡Ena-mo-ra-do!
- Sin las sílabas por favor.. - Contestó Franco amargado, y sin escapatoria. - Y enserio Stive, no realmente que es lo que siento.
- Amor.
- Tú no tienes remedio, ¿Sabes que? Voy a ver a Bárbara. - Dijo.
Stive asintió sonriendo triunfante, sabiendo que por mucho que lo negara, él tenía la razón.
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Veneno en la sangre
FanfictionUna víbora y una hiena juntas. ¿Qué podría salir mal?... Valentina y Bárbara han sido dos mujeres víctimas de las crueldades del destino y las maldades de la humanidad. Juzgadas de manera errada. Pero de alguna forma ambas se encontrarán en el camin...