Nunca imaginé que mi idioma natal podría sonar tan sexy hasta que conocí a Jungsoo Park; la manera que arrastraba las palabras engrosando su voz era simplemente un sonido hermoso. Pero lo que más me afectaba, era cuando mi nombre se deslizaba por aquellos labios deliciosos en forma de suspiros. Aquel azabache que se retorcía bajo mi contacto era el ser más maravilloso que pude conocer en toda mi existencia. Una vez empapé su esfínter después de estimularla, de modo que provoqué que el híbrido rogase a que procediera. Uní nuestras bocas con la misma intensidad que la marea alta golpeaba un barco en una fuerte tempestad mientras mis manos se sostuvieron en sus inquietas caderas tratando de mantenerlas inmóviles.
—¡Y-Yeonsuk! —casi gritó en el momento que mi pelvis chocó con sus glúteos clavándome en su interior.
Una sonrisa silenciosa se dibujó en mis facciones en el instante que sus piernas se enrollaron en mi cintura, su inestable respiración resonaba entre jadeos intermitentes y suspiros ahogados en lo que se convirtió la sinfonía en nuestra habitación. Su aroma me tenía drogado y el sentirlo envolverme me hacía dudar siquiera de estar vivo como para experimentar aquel acontecimiento, porque aquel hombre tatuado bajo mi cuerpo, me estaba brindando el paraíso. Un Edén perfecto que estaba más que encantado vivir.
Sus caderas danzaron al compás de las mías, nuestras respiraciones fueron el instrumental y el sudor, nuestro invisible vestuario que cubrió gran parte de nuestros cuerpos. Al igual que la brisa contra el alto césped, azoté y desquité mi deseo en él marcando ese precioso cuerpo.
Llegamos a un punto sin retorno en que en el momento que ya habíamos sido saciados con destructores orgasmos continuos, el hambre en aquella rojiza mirada nunca desapareció, y fue esta la que sacaba energía en mi interior para continuar haciéndolo mío, aquel joven que poco a poco logró ganarse mi corazón siempre encontraba la forma de dejarme sin aliento.
Con su esfuerzo, las borrosas marcas que había dejado Yujeong en mi piel se había vuelto tan poco notorias que apenas las recordaba, y era entonces, solo entonces cuando él dejaba aquel masculino toque borrando el anterior por completo para marcarme las suyas con un fuego intenso que solo él era capaz de hacerme sentir.
Jungsoo Park descubrió la forma en cómo tocarme, había perfeccionado su habilidad en debilitar y hacer de mi cuerpo lo que quisiera, a tal punto, que no dudaría en entregarle mi alma si me la pidiera.
—Soy humano, me haces sentir tan humano que juraría apenas haber empezado a vivir en el instante que llegaste a mi vida. —Mi pecho se apretó ante sus palabras, conmovido, besé sus húmedos ojos, cerrando los míos en las mismas condiciones. Me sentía afectado, sentía una tormenta de emociones que dejaban una extraña sensación en mi pecho.
¿Acaso eso era amor? ¿Me había enamorado de nuevo? ¿Me había enamorado de Jungsoo Park? La sola idea me causó pánico, el recordar la supuesta "correspondencia" por parte de Yujeong me hizo creer que la historia se repetiría. Al parecer aquella inseguridad se hizo más que evidente en mis facciones porque el ajeno me miró preocupado.
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EN DISTINTA SINFONÍA
FantasyUn escritor de romance con el corazón roto, decide escapar a Estados Unidos en búsqueda de inspiración. Allí, en un pueblo peculiar, conoce a cierto hombre, que es adorado por todos, pero esconde un secreto perturbador que, accidentalmente, el prota...