Permanecimos mirándonos de esa forma. Sus largos mechones caían a los costados de su cara, su piel lucía limpia, deduje que se había afeitado antes de venir; inevitablemente mi mirada bajó a su boca, y, aun así, noté que miraba la mía con la misma intensidad que aquella noche. Mi respiración se fue haciendo más pesada cuando este comenzó acariciar mis hombros, presionando sus dedos de manera suave contra mi dermis, tornándola más sensible ante su tacto. Su rostro empezó a descender y de modo inconsciente entrecerré los ojos sintiendo mi pulso acelerarse entre cada centímetro que el bajista asesinaba. Se detuvo a una distancia muy corta, la punta de su nariz rozó la mía y trazó la forma de esta con esta, dejando un tierno beso en mi entrecejo después.
Entreabrí mi boca soltando un suspiro incapaz de no sentirme afectado por su persona. El hecho de que Jungsoo Park lograba manejar cada nervio de mi cuerpo a su antojo me era frustrante, me hacía sentir en desventaja en un juego inexistente que solo nosotros dos éramos partícipes. Levanté mi mano para juguetear con uno de sus mechones después de intentar de forma fallida en meter este detrás de su oreja. Volvió a mover su rostro hacia el norte y su labio inferior tocó superficialmente los míos. Su respiración hacía cosquillas en mis mejillas, y su cuerpo irradiaba un leve calor muy similar a aquel que sentía al llegar a casa después de una larga jornada de trabajo.
—Salgamos, Yeonsuk Gong —susurró sobre mi boca y sonreí con diversión en respuesta, listo para molestarlo un poco.
Ignorando mi acelerado corazón y la forma que las lombrices gástricas revolvían mi estómago como si se tratasen de mariposas, me negué a darle nombre a lo que estaba sintiendo y me concentré en el momento.
—¿Qué pasará si me niego?, ¿en serio me estás pidiendo salir solo por un beso? Mierda, soy muy bueno besando entonces... —Reí al escucharle bufar a la vez que le daba un apretón a mis hombros.
—Voy a ser un grano en tu culo durante un periodo largo de tiempo, me convertiré en un dolor de cabeza para ti hasta que no tengas opción que aceptar. —La seriedad en su tono fue notoria, si no fuera porque habíamos compartido el tiempo suficiente juntos, me habría sentido amenazado por sus palabras.
—No me gustan los pretendientes intensos. Harás que te tenga fastidio. —Lo miré con la misma seriedad, cuando en realidad por dentro estaba muriendo de risa y de ternura por su determinación.
Jungsoo Park era muy adorable cuando se ponía terco.
—¿Acaso quieres morir, Gong? —Volví a reír manteniendo mi postura—. ¿Si quieres ser mi novio?, ¿verdad?
—No lo creo... —Solté un gemido cuando mordió mi labio inferior y tiró de él en forma de venganza.
—Tendrás que aprender a creer, Yeonsuk Gong. Te haré considerar tantas cosas que jurarás haber conocido otro universo gracias a mí.
—¿Qué? —Mi respiración se atascó en el momento que su lengua trazó la forma de mi boca—. Jungsoo...
—Seré honesto, Gong. Soy muy malo en mentirte. Y no tendré que intentar convencerte porque serás tú quien se dará cuenta de ello con el pasar del tiempo. —El que marcara aquel acento que tanto me encantaba, tornando su voz ronca, casi me puso de rodillas ante sus pies—. Cómo te dije antes, una vez que entras en mi infierno no habrá marcha atrás.
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EN DISTINTA SINFONÍA
FantasiaUn escritor de romance con el corazón roto, decide escapar a Estados Unidos en búsqueda de inspiración. Allí, en un pueblo peculiar, conoce a cierto hombre, que es adorado por todos, pero esconde un secreto perturbador que, accidentalmente, el prota...