1 día antes (Volviendo al 13 de agosto)
Jueves, 13 de agosto.
19:59h.
—Señorita Eden. Siento informarle de que Covey no está disponible hoy. —de nuevo, cómo no, como si se tratase de un teléfono móvil.
Suspiré derrotada y me dejé caer en la silla pegando mi espalda en el respaldo de la silla, ya está, aquel era el último día que iría a verle, lo tenía decidido.
La chica nueva que había ese día esperando, al igual que yo, se me acercó y me comenzó a hablar de manera inesperada.
—¿A quién esperas? —me preguntó.
Demasiado cotilla. Fue un poco impertinente, era una desconocida completamente, aún así, no me iba a poner quisquillosa, supe que tan solo estaba malhumorada, por lo que decidí decírselo.
—A mi novio. —suspiré apenada.
—Los tíos son una mierda como una casa de grande. —dijo acercándose una silla junto a mí. —Yo espero a mi padre, tengo temas pendientes que hablar, pero no descarto que sea un gilipollas. Lo odio.
Opté por callar, pensé que aquella chica era un poco extraña y un tanto diferente a mí, pero no quería juzgarla solo porque resultase ser distinta a mí, tal vez se debiera a que me encontraba un poco furiosa y podía sacarle punta hasta a la silla y ver sus defectos.
Yo no era así; es más, era todo lo contrario, ¿por qué ahora no era capaz de ver el lado bueno de las personas?, tal vez sea porque había agotado lo que me quedaba de fe en ellas, ya no creía en nada ni en nadie, mi confianza en las personas se había desvanecido.
—Hace tiempo que mi padre está aquí dentro y tampoco lo veo, nunca tiene los santos cojones de salir, por lo que, ¿qué te parece si vamos a tomarnos algo y me cuentas todo sobre tu novio? Así podrás desahogarte. —me propuso mientras me levantaba de la silla.
No estaba muy segura de si debería ir con una desconocida a desahogarme, y menos cuando eran temas de mi novio y míos, los cuales a nadie les incumbían, pero, no perdía nada si me decidía a acompañarla, podía ser una chica simpática, por lo que cedí.
—Soy Irina, siento no haberme presentado antes, solo pensaba en lo asquerosos que son los hombres. —se rio.
—Yo soy Eden. —le contesté mientras la puerta se cerró sola debido a su peso con un sonido seco.
—¿A dónde te apetece ir? —me preguntó contenta, estaba dando pequeños saltos al tiempo que caminaba.
—No me importa, en realidad. —le contesté.
Al final hubimos acabado en una cafetería justo en una de las calles más concurridas de California. Me encantaba el ambiente, hacía que pudiera olvidarme de todo.
El sol calentaba demasiado y ni siquiera disponíamos de sombrilla para ahuyentarlo. Como se notaba que venía de Nueva York, el cambio de clima se hacía de notar, no quería ni saber lo bien que se estaría aquí en plena navidad, en Nueva York siempre hacía un frío que pelaba, excepto en verano, claro, pero ni comparación con aquel insoportable clima asador.
Me pedí un zumo y me trajeron una galleta para acompañarlo, siempre que me traían un refresco me traían una galleta, y no llegaba a comprender ese gesto, ya que si me pedía leche, lo entendería, pero con algo salado me pareció un tanto extraño, en fin, no sé porqué le daba tantas vueltas a las cosas que no tenían una respuesta, quizá fuera por eso por lo que le dana tantas vueltas a todos los temas.
Irina se pidió un batido de chocolate y un gofre, estaba enfrente de mí y entonces, que ya se me había pasado un poco la depresión que mi cuerpo llevaba dentro, me fijé en su aspecto, la chica no tenía nada que ver conmigo, lucía un aspecto mucho más diferente, pero era evidente que todo resultaba respetable.
Su cara estaba llena de piercings, poseía un piercing en el labio y otro en la ceja, llevaba un top negro los que se llamaban bandas y vestía unos pantalones cortos blancos, su tez morena conseguía que le resaltase el blanco del pantalón y llevana un tatuaje que ascendía desde el hombro hasta el cuello.
Insistió en que le contase porqué mi novio estaba en la cárcel y todo lo relacionado, así como dónde nos conocimos, por qué y todo eso.
Se emocionó al saber que entonces podría presumir de tener una amiga neoyorkina y yo seguí dudosa sobre ese seudónimo, no calificaría como amiga a una persona que acababa de conocer.
—¿Tienes alguna foto de él? —me cuestionó entonces.
Me quedé parada pensando en si debería de enseñarle quién era mi novio, pero finalmente decidí que sí, pero justo cuando me decidí pensé en que no me había hecho ninguna foto con él, aquello era demasiado deprimente, tal vez pudiera enseñarle alguna que tuvjese en su página de Instagram, pero no le quería enseñar su Instagram no fuera a ser que se enamorase a primera vista. Sé que vais a pensar que estaba loca, pero la verdad es que creo que toda aquella situación abrumadora me estaba volviendo como tal.
—Sí, bueno, no me vas a creer si te dijera que no nos hemos hecho ninguna foto juntos, pero supongo que tendré alguna por ahí. —le dije buscando la que nos hicimos todos juntos al llegar a la caseta.
Y, efectivamente, ahí la tenía, él estaba de pie sonriente y posando para la cámara, le entregué el móvil, para que la pudiese ver con detenimiento.
Cogió el móvil y yo aproveché para darle un sorbo a mi zumo.
—Es, —tartamudea. —es, Justin Covey White.
"¿Qué?" No conocía de nada a esta chica, nunca la había visto y tampoco nadie la mencionaba cuando íbamos todos en el grupo, y Justin, no creí que la conociera, nunca me había hablado de ninguna Irina, y para ser sinceros, tampoco me había hablado de ninguna chica, nunca, a excepción de Sophie.
—Sí, —dije tímida. —¿le conoces?
"Irina", Justin mencionó que la hermana de Nicole se llamaba así. Pero... Se suponía que falleció, ¿cómo? No podía ser ella, ella estaba muerta.
Pestañeé confusa.
Una semana después.
Eden.
Subiendo las escaleras que me llevaban al avión, sentí una punzada en el pecho que quitaba algo de mí y... Aunque no quería pensar de qué se trataba, lo sabía perfectamente.
Aquella vez no estaba nerviosa, excitada o inquietada; estaba desolada y entristecida. Necesitaba encontrarme a mí. Entenderme a mí. Salvarme a mí, para poder salvar a otros.
Y no, no podía decir que había salido mal... No podría decirlo, porque lo nuestro había sido el intento de dos almas tratando de amarse, sin saber cómo amar. Y eso... Eso nunca sería un error.
Lo nuestro fue un amor de verano que dolería en todas las estaciones.
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BUENO CHICOSS!!! 😭HOLA A TODOS!! 🙋🏻♀️
HASTA AQUÍ HA LLEGADO EL PRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA [US] ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO! 😍
ME ALEGRO MUCHÍSIMO DE QUE HAYÁIS LLEGADO HASTA AL FINAL. 👏🏼
SI ESTÁS LEYENDO ESTO, ME GUSTARÍA QUE COMENTARAS QUÉ TE HA PARECIDO!!⌨️
EL SEGUNDO LIBRO "ELLA – CAMBIO DE PLANES" SALDRÁ TAN PRONTO COMO VOSOTROS QUERÁIS, NO OBSTANTE, TAN PRONTO COMO HAGÁIS QUE ESTA CONSIGA LAS 22K, YA QUE ESTAMOS EN 2022 PUES LAS 22K ME PARECE PERFECTO⌛
RECOMENDADLO POR FAVOR!❤️
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ÉL - Un Verano En California [US #1#]
Teen FictionLos polos opuestos se atraen, pero... ¿quién elimina la opción de que los polos iguales también lo hagan? Completamente diferentes, pero; jodidamente iguales. Así eran ellos. Su alma era negra y su vida demasiado atormentada como para saber a ci...