ÉL - Un Verano En California [US #1#]

C A P Í T U L O 24

N/A: Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de The Strumbellas, titulada: Spirits.

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  Agradecí los metros que nos separaban, así no tendría que lidiar con su imponente presencia junto a mí, pareció que mis pensamientos fueron descubiertos por telepatía o algo de eso, porque se paró y me esperó.

  Casi tropecé con su robusto cuerpo, yo iba con la mirada fija en el suelo y no me percaté de que se había parado a esperarme; no obstante, lo había hecho.

  —Vámonos de aquí. —dijo tajante. Yo me quedé mirándole en la plenitud de mi perplejidad.

  —No. —contesté rotunda.

  Suspiró y se pasó la mano por el pelo echándose las puntas flojamente hacia atrás.

  —No empieces. Ya conozco tu nivel de testarudez. —sus palabras me impactaron y consiguieron que volviera a levantar la vista. 

  —Pues parece que todavía no lo conoces... Mira Justin... —suspiré, me mordí el labio inferior y en unos segundos ya estaba de lo más inquieta. —, esta mañana me he encontrado con Sophie... está muy dolida, tiene pruebas de que nos besamos, ¿no te sientes mal por ella?, tal vez sienta mucho por ti, al fin y al cabo es eso lo que le haces a las chicas... No está bien eso, Justin, aprende a quererla. Ella ya lo hace. —suspiré de nuevo, pero aquella vez fue de derrota, me sorprendí ante mi misma, ¿quién habría dicho que alguna vez me diera por vencida? 

  Claro que Sophie no le quería, una persona que te quiere, quiere que te vaya bien y no "arruinarte la vida". Yo no sabía nada, pero ella, al parecer, todavía sabía menos; Justin ya estaba arruinado y no debía ponerle la zancadilla, yo no debía ponerle la zancadilla, porque siguiendo con él, lo único que conseguiría sería enfurecer a Sophie y eso sería traicionarle. Le traicionaría por saber y no hacer, así que mejor permanecer al margen de todo y simplemente observar, poco era el tiempo que había tenido para conocer a Sophie, pero los siete segundos que había empleado para decir esas únicas cinco palabras, fue el suficiente tiempo para poder conocerla.

  —Deja que me encargue yo de eso, por favor —parecía suplicante, tenía miedo de caer en la tentación de creerle, pero no podía hacerlo, no podía permitir que lo arruinaran más de lo que ya está.

  —No puedo, Justin —las lágrimas amenzaban por salir de mis ojos y lo hicieron, consiguieron salir de ese enjambre. Sin esperarlo, Justin pasó su pulgar por mi mejilla arrastrando con él la lágrima que rodaba por esta. 

  —Sí puedes, por favor. No llores, no te quiero ver así. Odio verte con otro que no sea yo. —me dijo.

  —Pues yo no odio verte con Sophie —mentí claramente y él lo supo al instante, seguro que pensaba que era una bipolar de primera, aquella mañana le había dicho que no quería verle con ella y que si estaba con ella no estaría conmigo, pero era lo único que podía decirle en aquel momento para convencerle de no ser tan persistente. —. Así que vete con ella, Justin. 

  —¿¡Qué cojones, Eden!? ¿¡De qué coño va esto, joder!? ¡Esta mañana me has dicho que no me querías ver con ella! ¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión? Dímelo, Eden. Dímelo, por favor. —si él supiera lo que realmente qué era lo que me había hecho cambiar de opinión... Decidí ocultárselo.