C A P Í T U L O 66

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  Parecía que tenía vergüenza de hablar conmigo, pero quería ofrecerle la mayor confianza, ya que si se la daba, podía llegar a contármelo todo.

  —No pensé que llegaríamos a esto, no de nuevo. —las palabras de Nicole me dejaron petrificada.

  —¿De nuevo? —le dije incrédula.

  —Justin y su padre pasaron una mala etapa y muchas veces pienso y me culpo continuamente de ello. Yo alejé a Cristine de ellos. Pero ella... ella mató a mi madre y a mí hermana... Amenazó con matar a mi hijo... Con suerte no le envié con su padre, que me abandonó, para que no le pasase nada —¿Tenía hijo? Cristine era demasiado cruel, pero ella no dejaba de ser mala. —. Aún así no pude hacer nada para evitar que a mi hermana o a mi madre les pasase semejante barbaridad, intenté suicidarme.

  Nicole se subió la manga de su fina blusa de seda y me encontré con un brazo lleno de cicatrices y cortes.

  —Intenté desangrarme, pero Tom me pilló en la bañera llena de sangre y con suerte llegamos al hospital antes de que me muriera. Eso fue cuando Justin se fue con Jason. Desde que se enteró de todo lo que yo había hecho, no había parado de echármelo en cara y cuando llegó la hora, su padre le compró el coche, nada más y nada menos que un 4x4. Siempre ha tenido todo lo que quería, y no le culpo, es un niño adinerado, y ver a su padre desolado, histérico, sin el brillo en los ojos, siempre me ponía triste, y entonces me iba dando más cuenta de que yo era la culpable de toda la pena que acumulaba detrás de sus ojos. Las lágrimas que escondía cuando se encerraba en el baño y después lo hacíamos desesperadamente, era como una especie de desahogo para él. Sin embargo, yo, yo no recibía nada, era, solo sexo, ¿sabes, Eden? Lo único que conseguía era que partículas de mi ser se fueran desvaneciendo en mi interior. Me daba cuenta de que yo fui la causante de que perdiera a su mujer y de que también perdiera a su hijo, y todo por mi culpa. Eso fue lo que provocó mi intento de suicidio. Todos los días me hacía una marca más, era como contar los días que pasaban, cada día que veía a un marido sin alma, solo cuerpo, todos eran un día más que me veía sola, con la esperanza de sonreír como una puta y pensar día tras día, "ha sido mi culpa" , "Nicole, tú has conseguido todo esto" , "tú has conseguido tu propia muerte" —comenzó a llorar desconsoladamente y era como si viera através de ella. Como si todas esas eran expectativas exteriores  que mostraban a una mujer fuerte y con la cabeza alta, mientras caminaba erguida. Ahora me daba cuenta de que esa no era ella. Era como si viera la armadura que protegía su cuerpo de cualquier daño y aislando a sus sentimientos de salir a ser descubiertos, romperse en mil pedazos cayendo al suelo y esparciéndose. De repente se me formó un nudo en la boca del estómago. —, contaba los días en mi cuerpo mientras me moría en silencio. —poco a poco Nicole fue enseñando sus marcas, y me asustaba cada vez que veía una de ellas y que una resultaba ser peor que la otra y la otra peor que la anterior, hasta que vi el agujero, el agujero en su muslo y le pedí que no me enseñase más.

  —Nicole, creo, que...

  —Déjame terminar, sé qué tanto tú como Justin me tenéis rencor, lo veo cada vez que me miras y no veo nada en tu mirada, o que levantas el labio en un gesto inconsciente de asco, pero no solo quiero que sepas lo que te haya contado Justin, quiero que también sepas la otra cara de la verdad. Tanto él como tú sabéis la suya. Aunque Justin era muy pequeño, siempre había sido muy listo, y difícil de engañar, por lo que solo se quedó con que su madre se había ido por mi culpa, pero nadie sabía mi lado, hasta que más tarde, su padre le contó, que su madre también había sido una asesina y le obligó a volver a casa. Estaba en un barrio de malamuerte y su padre sabía que de un niño rico se esperaban muchas cosas, y cuando fue viendo que el dinero en su tarjeta iba desapareciendo, decidió cerrarle la cuenta bancaria, cuando se le acabaron los recursos volvió, de mala gana. Pero entonces, la policía comenzó a venir a casa. Pero esto es algo, que yo no te debería contar, eso solo conseguiría que Justin me odie más de lo que ya lo hace. Él es un niño muy rencoroso, y creo que ahora lo que más necesita a su familia. Su padre puede darle los mil amores que necesita y estoy dispuesta a cuidarle como la madre que perdió. Nunca he pretendido reemplazar a su madre y que Justin me viera como su madre, yo simplemente quiero que Justin sea feliz, con nosotros, o por lo menos con su padre, si Tom es feliz teniendo a su hijo al lado, y Justin también está feliz de estar al lado de su padre, yo también soy feliz, porque aunque me siga odiando, por lo menos, ya no odiará a su padre. Aunque me gustaría que me pudiera perdonar, siempre se necesita una figura femenina. Justin no sabe tratar a las mujeres, siempre he visto como jugaba con ellas, después de todo lo que le pasó. Me gustaría que me pidiera consejo cuando fuera a hacerte un regalo o algo así. Estaría super feliz de tener a "un niño" al que darle consejos para conquistar a su chica cada día más, para darle consejos de la vida en general... Pero sé que es demasiado pedir, solo quiero que se perdone con su padre... Justin es un buen chico, solo hace falta ver cómo trata a la pequeña Laila, es un amor cuando está con ella y ella le quiere más que a nadie. Ahora que va a entrar en prisión, no queremos que se distancie más de lo que ya está, queremos seguir viéndolo por casa. El juicio está perdido. Ayer Tom se lo vio, y lo primero que dijo fue: "esto está perdido" . El juez es muy malo, y aunque Tom haya ganado todos los juicios contra él, pero, este juicio no va a ser uno contra el otro, no, es contra el juez, porque se salta las reglas y más cuando sabe que Tom es el abogado. No hace más que ponerle complicaciones, y ya solo hace falta que sea el mejor amigo del padre de la víctima. Aún así, pagaremos lo que haga falta para que salga, pero estará dentro seis meses, asegurados. Le quiero, le quiero mucho, es el chico con el corazón más grande que he visto, pero quiere aparentar que no es así para que nadie pueda hacerle daño. Sólo quiero que le ayudes y que puedas conseguir que nos dé una oportunidad para perdonarnos. —en cuanto acabó, de lo único que me pude dar cuenta fue de que, sin quererlo, me había quedado sin palabras ante lo que me acababa de contar. Era impactante lo que le había pasado, por todo lo que había vivido. —Eden, escucha esto y júrame que no dirás nada, por favor. Solo Tom y yo lo sabemos.

  Tragué con dificultad pero asentí presentando conformidad.

  —Cristine no está muerta. —sus palabras me dejaron congelada sentada en la cama y sentí escalofríos.

  —¿Có... Cómo? —tartamudeé. —¿Cómo que no está... ? Ya sabes...

  —Yo no le hice nada. No soy una de esas personas. Yo no soy como ella lo era. Jamás le habría hecho nada. Aún así, me acosté con su marido, Cristine se enteró y decidió cambiarse de hospital para perderme de vista. Y en ese momento renunció a todo, renunció a mí, a su marido y a su hijo. Aunque yo no le hubiese hecho nada malo, me sentí culpable, porque si yo en ningún momento me hubiera acostado con su marido, esta no se habría ido, no habría dejado a su familia. Y no deja de ser mi culpa, pero ¡Renunció a su hijo! ¿Cómo puede una madre hacer eso? Igualmente, Tom y yo decidimos ocultarle la verdad a Justin, era un crío, no le podíamos decir que su madre ya no le quería, que su madre había renunciado a cuidarle. Fue más fácil decirle que se había ido porque le había dado las pastillas equivocadas, en ningún momento dijimos que le había envenenado, él sacó sus propias conclusiones, fue él, él solito. Quisimos decírselo cuando creció, pero entonces le volvió la rebeldía y pensamos que si se lo decíamos aún sería peor y todavía no lo sabe. No le digas nada. Por favor, Eden. Solo sabemos esto su padre y yo. No queremos que sufra, no se lo merece. —sus ojos me dijeron que Nicole no era la persona que pensaba que era. Era buena, entonces sabía que era una buena mujer.

  —Prometo no decirle nada.

  Me alegraba de que ya no sabía solo la versión que me había contado Justin, entonces podía alcanzar a juzgar desde mi propia perspectiva.

  Yo quería darle una oportunidad, es más, iba a dársela, creo que todos merecemos alguna oportunidad en nuestra vida y esperaba convencer a Justin de que se la diese, también.

  Entonces volví a pensar en cómo iba a acabar aquel trastorno del juicio que me iba a sacar loca y si iba a ir directo a prisión. Yo me tenía que volver a Nueva York, por lo que ya no lo iba a volver a ver... Me puse triste solo de pensarlo.

  Abracé a Nicole y ella contestó a mí gesto favorablemente de la misma manera.

  —Quiero a tu hijastro, solo quiero que sea feliz, haré lo posible para conseguir que consiga ser feliz y para que vosotros podáis tenerlo cerca de nuevo, le hace mucha falta los consejos y el cariño de la familia, lo sé en primera persona, yo me vi igual, pero eso ahora no viene al cuento. Prometo que haré lo que pueda. No voy a dejarle plantado ni aunque esté en la cárcel. Lo quiero demasiado como para dejarle en el peor momento, espero que vosotros también les mostréis vuestro apoyo, lo necesita. —le dije.

  —¡Eden! ¡Marc me ha llamado!

  Escuché como Justin subía las escaleras, estaba furioso, siempre que gritaba lo estaba

  Mierda, pensé, aquello no podía acabar peor.

ÉL - Un Verano En California  [US #1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora