James de la mano de Hillary, vistiendo la gorra de los Dodgers y unas sudaderas conjuntas del mismo color y extremadamente anchas, lo único que pensé en ese momento fue: "ojalá se asen de calor.", pero recordé que el sol ya se andaba poniendo y la brisa era refrescante, así que me deprimí.
Tensé la mandíbula y les fulminé con la mirada. Desvié la vista hasta ver la expresión de mi prima. El dolor en sus ojos era fácil de vislumbrar. Iba a agarrarla de la mano para darle la fuerza suficiente, pero antes de que pudiera hacerlo, ya había salido corriendo. Iba a ir tras ella, pero me recordé de que mi primo andaba tras de mí y corría a mi cargo, "Eden, debes de ser responsable, cambia, ya no eres una niña, nunca lo fuiste, demuésrraselo a todos y que no se arrepientan de haberte dejado. Una y no más, Eden. Conciencia." Me dijo mi subconsciente, le hice caso, agarré a mi primo de la mano dejando así que mi prima se alejara entre la multitud con sus lágrimas aflorando.
—¡La del pelo rizado! —tras la valla metálica alguien se zafaba. Me giré curiosa para ver de quién se trataba y pude reconocer el coletero de mi prima.
Un chico de pelo castaño claro, casi rubio, liso y corto, de ojos marrones y con muy pocas pecas bajo sus ojos, se encontraba detrás de la valla, sacando su brazo izquierdo por uno de los agujeros del metal.
Miré hacia todos los lados, para ver si llamaba a alguna otra, pero nadie se giró a parte de mí, más curiosa que nadie, me acerqué hasta él con Iden caminando por detrás de mí.
Le pregunté si se refería a una chica, es decir, mi prima, la cual le describí con pelos y señales, incluso le mencioné que iba corriendo y supe al instante que se trataba de ella según las indicaciones, cuales coincidían con las mías.
—Es mi prima. Ha tenido un problema un poco inesperado. —le dediqué una cálida sonrisa al chico, de ojos simpáticos y sinceros y supe al instante que era una buena persona.
—Se le ha caído mientras corría. —me tendió el coletero y yo me incliné para cogerlo. Me lo puse en la muñeca.
—Esta noche hay una fiesta. Estoy segura de que hoy por hoy ella no te habría invitado. Pero, estaría bien que vinieras. Te daré la dirección de la casa por si decides venir, estaremos por allí. Lo pasaremos bien. —saqué un boli, como si fuera por arte de magia y le escribí la dirección en la mano.
Levanté la mirada y le sonreí ampliamente.
—Me harías un gran favor si te dignases a venir —sería normal si el chico no apareciese, realmente yo debería de pensármelo dos veces, al fin y al cabo era una completa desconocida, pero pensé en presentarme para darle una mejor impresión: —. Siento no haberme presentado; soy Eden.
—Connor. Encantado. —en tendió la mano a través de la vaya y nos la estrechamos con fortaleza.
—Te espero allí. —le hice un guiño intentando inspirarle confianza y giré sobre mis talones.
Noté la mirada de Iden penetrándome de cerca, cuando me ladeé para mirarle me lo encontré con el ceño fruncido y una expresión de lo más confundida en su rostro. Ladeé mi cabeza para inspeccionar su cara y sonreí de manera estúpida.
—¿Intentado reemplazar a Justin? —espetó al fin.
—¿Qué? No digas bobadas. Es más, no puedo reemplazar a Justin si ni siquiera sé qué es lo que hay entre nosotros. —le resté importancia con un rápido gesto de la mano.
—Hasta el más gilipollas del mundo sabría lo que los dos os queréis solo con miraros a los ojos. —puso los ojos en blanco, suspirando y yo reprimí las ganas de regañarle, pero tal vez tuviera razón.
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ÉL - Un Verano En California [US #1#]
Novela JuvenilLos polos opuestos se atraen, pero... ¿quién elimina la opción de que los polos iguales también lo hagan? Completamente diferentes, pero; jodidamente iguales. Así eran ellos. Su alma era negra y su vida demasiado atormentada como para saber a ci...