Kion, haciendo caso omiso a la petición de Murdoc corrió lo más rápido que pudo a su cuarto para cambiarse con ropa cómoda: jeans negros, abrigo y unas botas.
Luego bajo hasta su laboratorio con un bolso en la mano, tomó algunas cosas y las metió dentro. Acto seguido volvió a subir a la sala.
– ¿Y tú a dónde vas? – le pregunto Murdoc frunciendo el ceño, mientras preparaba algunas pistolas y revólveres poniéndoles sus respectivas balas.
– Con ustedes, no pienso quedarme aquí. – se plantó firme, frente a él.
Russel se encontraba bajando las escaleras, y ayudó a Kion cargando con su bolso.
– ¡No, no no! – lo regaño al moreno. – Ella no viene.
– ¿Por qué no? – preguntó Russel sin comprender.
– Porque no y punto.
– Pero será divertido que vea un poco de acción, después de todo si quieres que sea una más de nosotros tiene que aprender a pelear... ¿No?
Murdoc gruñó rodando sus ojos y le entregó un arma a cada uno, menos a Kion. Luego salió derecho a la puerta y todos lo siguieron.
Abrió la puerta del copiloto de su auto que era un Camaro negro de dos puertas del 69. Éste estaba algo estropeado y tenía una abolladura en el guardabarros trasero, indicio de que alguien seguro lo había chocado previamente.
– ¡Rápido, suban suban! – les indicó, mientras doblaba el asiento de copiloto hacia adelante para que suban en el asiento trasero.
En el asiento trasero fueron Russel, Noodle y Kion en medio de el par por seguridad. En el asiento de copiloto fue 2-D quien iba de mal humor farfullando y finalmente Murdoc se sentó en el asiento del piloto, prendiendo rápidamente el motor del auto.
Éste hizo sonar un poco el caño de escape retumbando gravemente, señal de los años que tenía en efecto el auto y salió a toda velocidad, emprendiendo viaje hacia su destino por la calle.
Por la radio sonaba "Mouth for war" de Pantera a todo volumen.
Murdoc manejaba tan rápido, que Kion tuvo que aferrarse con una mano al asiento y con la otra a Noodle. El resto parecía estar acostumbrado, ya que se tomaban de las manijas de las puertas y miraban por las ventanillas como si nada.
En más de una esquina dobló a toda velocidad provocando que caiga uno sobre el otro bruscamente, pero Russel solo reía a carcajadas ante la manera tan peculiar de manejar de su amigo.
– ¡Éste puto loco va a matarnos! – exclamó Kion a Noodle, hablando por sobre la música metal que retumbaba hasta en sus pulmones.
– ¡Tranquila, tiene buenos reflejos! – le contesto riendo y la abrazó por los hombros, dándole más seguridad.
Kion tragó en seco preocupada, y miró hacia adelante para asegurarse de que no se choque con ningún carro en el camino. Quizá si debía haberse quedado en casa...
Luego de un buen rato de manejar como un puto loco, llegaron a un extraño barrio, afueras de la ciudad de Londres. Allí la luz era casi ausente, y todo tenía un aspecto lúgubre con una neblina que casi no te dejaba ver a dos metros de distancia.
Aquí Murdoc redujo la velocidad y hasta bajó el volumen de la radio por completo, como si estuviera intentando guiarse entre la fachada de todas aquellas casas bastante precarias, porque no había ningún cartel que te indicara la dirección.
– ¿Dónde estamos? – Murmuró Kion.
– ¡Shuuush! – la regañó Murdoc volteando molesto.
– Debes hacer silencio, aquí todos oyen todo. – Murmuró Russel susurrano.
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Rhinestone Eyes | Gorillaz
FanfictionDesesperado en busca de un cerebro para salvar algunos problemas de su banda Gorillaz, Murdoc Niccals pone su mira en Kira Ion, una científica investigadora recién llegada a Londres Su historia no comienza del nada bien. Aunque para su suerte, en l...