– Escúchame. Lo que sea que te dije hace unas semanas...– Ya lo dijiste. Me pediste que te dé más tiempo y te lo di.
– Lo sé, no es eso. Es que no puedo hacerlo...
– ¿Vas a cambiarme otra vez por una niña japonesa?
– No es que vaya a cambiarte... Pero la banda ya está formada. ¿Entiendes? Yo sé lo que te prometí... Pero no puedo arreglar las cosas de ese modo. Ellos van a matarme.
– Entonces lo haremos pasar como un accidente. Tu aniquilas a Noodle, y aquí no ha pasado nada. – lo tomó por los hombros con brusquedad, arrastrándolo hasta el sofá.
– ¿De qué estás hablando? Sabes que no puedo hacer eso. Ella... Ella es como mi familia.
– ¿Tú quieres que de la señal? Ellos no sólo van a matarte a ti, van a matar a todos tus amigos. Uno por uno.
– ¿Hablas de...?
– Exacto. Aquel material dañado que me vendiste a mi y a mis amigos. – sonrió irónico. – Te dijimos que las ibas a pagar. Intenté ser racional contigo, pero considerando que no quieres llegar a un acuerdo conmigo...
– ¡No! – exclamó exaltado. Luego tragó en seco. – No... Puedo pagárselos. ¿Quieren dinero? Tengo mucho dinero, acabamos de sacar nuestro último álbum.
– No quiero dinero, Niccals. Quiero ser parte de la banda. Un simple trato... Y todo queda olvidado.
Murdoc lo miró nervioso, y tragó en seco una vez más. Sentía un nudo en el estómago, y su frente sudaba en frío.
¿Qué diablos haría ahora? Sabía que Jimmy y su manada se aprovecharían de él en el peor momento, cuando no pueda defenderse. Y ahí estaban, encerrandolo entre la espada y la pared.
– Tengo un plan. – dijo de repente. – Tengo un plan, si...– rió como un loco. – Pero no será hoy... Ellos volverán mañana. – mintió.
– ¿Mañana?
– ¡Si, mañana! Ellos volverán mañana temprano por la mañana porque están en Hawaii. ¿Por qué no vienes por la noche, y los encargamos de Noodle cuando se vaya a dormir?
– Eso suena absurdo... ¿Por qué planearías atacarla enfrente de todos? – preguntó desconfiado.
– No... No es eso. Escucha, tu vendrás y te esconderás. Cuando ella vaya a dormirse, tú me ayudarás a...
– ¿A matarla?
– Si. Pero mañana.
Él lo miró desconfiado, aún no le creía del todo.
– Bien... Pero me quedaré aquí hoy. Por seguridad.
– ¡No! Kion está por venir, no puedes quedarte aquí. Ven mañana, de verdad.
– ¿A qué le temes, Niccals? ¿A caso... Me estás mintiendo? – lo tomo del cuello, amenazante.
Él lo miró aterrado y negó con la cabeza frenéticamente.
– ¡No, no...! ¡Por favor, confía en mí!ven mañana. Y estaremos a mano, estarás en la banda.
En ese momento la puerta principal se abrió con brusquedad. Jimmy soltó con rapidez a Murdoc, y se acomodó en su lugar como si nada hubiese ocurrido.
– ¿Qué está ocurriendo aquí? – preguntó Kion furiosa, entrando hecha una luz.
– ¡Hola Kion! – sonrió Jimmy. – Que alegría volver a verte.
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Rhinestone Eyes | Gorillaz
Hayran KurguDesesperado en busca de un cerebro para salvar algunos problemas de su banda Gorillaz, Murdoc Niccals pone su mira en Kira Ion, una científica investigadora recién llegada a Londres Su historia no comienza del nada bien. Aunque para su suerte, en l...