El club nocturno

90 13 0
                                    


– No puedo creer que hayas aceptado venir. – Acotó Stuart con una expresión de felicidad en el rostro.

Aquella noche todos saldrían de fiesta al club nocturno favorito de Noodle: Lumus night Club.

El peliazul tenía otra vez aquellos brillos característicos en sus pómulos, Noodle se los había aplicado minutos atrás.

– No tengo opción, era ir con ustedes o quedarme sola aquí... Con lo que esconde está casa no es muy seguro que digamos. – Rió Kion tomando un abrigo color negro.

Llevaba una polera negra y una minifalda color púrpura.

– Te prometo que va a ser una gran noche.

– A mi me sorprende que Murdoc haya querido ir y no trame nada malo... – dijo Russel.

– ¿Murdoc sale de fiesta? – preguntó Kion irónica haciendo reír a ambos.

– Ya estoy lista. – Noodle salió del baño principal, luego de terminar su maquillaje.

Aquella noche se encontraría con su nuevo novio. Él era un irlandés llamado Declan. Ésta siempre le contaba a Kion cuánto adoraba sus mejillas rosadas y su adorable acento. Claro, que él adoraba su acento japonés también.

– Te ves sensacional. – dijo Kion sonriente.

– ¡Y tú! ¿Vamos?

Los tres asintieron y luego de colocarse sus abrigos, fueron directo al Camaro donde Murdoc ya los estaba esperando.

Éste se encontraba terminando un cigarro, con las ventanillas del automóvil hasta abajo. Traía lentes de sol aunque estuviera de noche, y la luna se reflejaba en sus gafas.

– Que sutil. – Murmuró Kion, haciendo ilusión a que la canción de Black Sabbath que sonaba por la radio se escuchaba en toda la cuadra porque el volumen estaba al máximo.

Al subirse todos, el azabache salió a toda velocidad como de costumbre hacia el club.

.

– ¡Adoro esta canción! Vamos a bailar, esperaré a Declan en la pista. – Acotó Noodle por sobre la música.

Hacia media hora habían llegado y se encontraban en la zona vip de el lugar. Éste contaba con una mesa ratona y sillones blancos en una tarima cerca de la pista.

Habían pedido algunas bebidas con alcohol que ya comenzaban a hacer efecto.

La japonesa salió de un salto a la pista, comenzando a bailar al ritmo de "I Feel So Bad" de Kungs y Ephemerals que sonaba por todo el lugar. Las luces acompañaban el ambiente, dibujando círculos de colores al ritmo de la música.

Kion la siguió, pero los tres muchachos se quedaron sentados en los sofás.

– ¡Oye, tu! – le gritó Noodle, y haciendo señas con sus manos fingió lanzarle una cuerda a Stuart.

Ambas sabían hace cuánto el peliazul quería salir por la noche a divertirse, y a veces parecía que cuando estaba al lado de Murdoc su forma de ser se apagaba completamente.

– ¿Yo? – le siguió la broma señalandose a si mismo. Estallaron en risas y comenzó a acercarse al par de chicas poco a poco, como si Noodle lo estuviera jalando con una cuerda invisible.

Al reencontrarse en el centro de la pista, rieron y comenzaron a bailar todos juntos.

Murdoc rodó sus ojos ante las actitudes infantiles de aquellos tres, y le dió un trago a su amargo y seco whiskey. A su lado, Russel aún estaba algo sobrio así que esperaría un poco más para animarse a ir a bailar en el centro de la pista.

Rhinestone Eyes | Gorillaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora