Otra pésima idea

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Unos segundos después, Murdoc se paró con sus ojos abiertos como dos platos mirando sorprendido hacia el auto, dónde estaba Kion.

¿Qué rayos había sido eso? ¿Kion traía una bomba consigo? ¿De dónde la había sacado? Estaba seguro que sus granadas se habían acabado la última vez que peleó con unos gángsters de otro barrio similar.

– ¿Están todos... Bien? – preguntó Russel parándose, mientras tosía un poco.

Aquella explosión había dejado sordos a los cinco por unos segundos, y aún estaban todos algo aturdidos. Además de el polvo y pólvora que estaba suspendida en el aire.

– Vámonos, todos. Antes de que alguien nos vea. – gritó Noodle, corriendo hacia el auto nuevamente.

Murdoc no podía salir de su trance sorprendido. Al abrir la puerta del auto, allí estaba Kion con una expresión preocupada en el rostro.

– ¿Qué ha ocurrido? – preguntó mirando a 2-D.

– Una bala le ha rozado el brazo, andando... ¡Andando! – Noodle le gritó a Murdoc sacándolo de su estado de shock.

Una vez todos subieron al auto, emprendieron un veloz viaje de vuelta a casa.

.

– ¿Te duele mucho? – preguntó Kion preocupada, mientras terminaba de vendar el brazo izquierdo de Stuart quien se quejaba haciendo una expresión de dolor.

– Más o menos... He tenido peores heridas pero si arde mucho. – confesó.

– Te traeré unos calmantes... ¿Cómo ocurrió?

– Distracción... Eran muchos.

Noodle se encontraba a su lado mirándolo apenada, y en la mesa de la cocina estaban Murdoc y Russel sacando las cosas de dentro de los bolsos.

– ¿Armas y... Un equipo para montar una radio?

– Así es mi querido Russel, la gente debe estar al tanto de la vida de Gorillaz y compartir el nuevo material. ¿No crees? Crearé mi propia radio, no se cuándo... Pero pronto.

– ¿Hicimos todo este escándalo por ésto? – preguntó frunciendo el ceño.– Oh, viejo... Tú si que has perdido la cabeza. – nego con la cabeza alejándose unos pasos. – La cabeza. – repitió haciendo una seña con su mano.

– ¡Oye! Y las armas también son importantes, debo revenderlas y hacer un poco de dinero... Por cierto, dile a Kion que cuando termine con el marica de 2-D que venga. Necesito preguntarle de dónde diablos saco esa bomba. – respondió volviendo a guardar todo en su lugar con rapidez.

Unos minutos después, Kion se asomó por la puerta de la cocina.

– ¿Qué ocurre?

– Quiero que me expliques qué rayos fue todo eso. ¿De dónde sacaste una bomba? – preguntó el pelinegro aún algo sorprendido.

– De ningún lado... La hice yo.

– Ja ja... Si si, muy graciosa. – rió roncamente haciendo un sonido extraño. Kion frunció el ceño.

– Pero hablo en serio. Sólo mezclé trinitrotolueno y nitrato de amonio.

Murdoc alzó la vista y la miró sorprendido. Hablaba en serio.

– ¿Me estás diciendo que sabes cómo hacer bombas? ¿Eso lo hiciste tú?

– Por supuesto que lo sé, es química básica. – dijo obvia.

Murdoc abrió amplio sus ojos y corrió hacia ella para tomarla por los hombros.

– ¡KION! – exclamó como si una nueva idea se le hubiera ocurrido. – ¡ESO ES! ¡SEREMOS RICOS! ¡RICOS! – gritó mientras una gran sonrisa se asomaba en su rostro, y sacudía a la muchacha por los hombros.

Rhinestone Eyes | Gorillaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora