La primer semana había sido difícil.
No se había reunido con su familia aún, porque realmente no tenía ánimos. No había visto a sus amigos, y a penas si había ordenado su apartamento.
Se pasaba horas pensando mientras miraba por la ventana de su piso hacia el horizonte. Los Angeles era tan distinto a Londres, era tan eufórica, tan fugaz, tan irreal...
Se sentía extraña. Sentía que no encajaba allí. Aquella no era su cama... Es decir, en teoría si lo era pero no era su espacio, y había dejado de ser su zona de confort.
Se sentía tan vacía y tan sola. Y a la vez tan aturdida con sus propios pensamientos. ¿Qué podría haber hecho distinto? ¿Qué podría hacer ahora al respecto? ¿Cómo estarían los demás? ¿Estarían a salvo? ¿Por qué aún nadie llamaba ni le escribían?
Le costó horrores volver a su vida anterior, esa a la que no quería volver.
Pero cuando finalmente se decidió a visitar a sus padres, les explico más o menos lo ocurrido (evitando los detalles, y evitando que su vida había estado en peligro en varias oportunidades). Tampoco le contó sobre sus compañeros de casa, pero ellos no insistieron.
Sin embargo, la ayudaron a recomponerse. Estuvieron ahí para ella los días difíciles, y la ayudaron a ponerse en pie una vez más, poco a poco...
.
En efecto, un mes después de la huída, su vida poco a poco se asentaba nuevamente en Los Ángeles. Había vuelto a su antiguo trabajo luego de explicar más o menos la situación (disfrazándola un poco, claramente).
Y había vuelto a sus hobbies antiguos, cómo ir a nadar, dar largas caminatas matutinas, ir de compras los fines de semana y visitar a sus padres y amigos los domingos.Nadie de sus amigos sospechaba de lo ocurrido, y es que Kira había transformado aquella historia de tal manera que fue creíble para todos.
Una tarde, cuando había vuelto de su trabajo con su antigua amiga Stacy, se encontraban tomando un café en su apartamento.
– Oye, olvidé de mencionarlo pero adoro tu nuevo color de cabello. – sonrió la morena, mientras revolvía su café. – No sé que haya ocurrido en Londres, pero te eché de menos aquí.
– Gracias Stace...– sonrió de lado, melancólica al recordar cómo había obtenido aquel color de cabello.
Recordó que aquel día estaba furiosa con Murdoc, tanto que derribó su puerta. Y ahora daría lo que fuera por volver a él, y decirle cuánto le gustaba aquel color en realidad.
– Yo también te he echado de menos. –
– continuó Kion, para luego beber un sorbo de café. – De hecho, te invitaría a cenar... Pero mi horno se ha roto. Creo que debo ir por uno nuevo...– ¿El horno también? Amiga, hace una semana se rompió tu secadora... – exclamó sorprendida. – ¿Sabes qué creo yo? Que es momento de renovar aires... ¿Has pensado en mudarte?
–¡¿Mudarme?! ¿Estás loca! – preguntó como si aquello la hubiera ofendido. – Es decir... No, éste es mi lugar. No podría irme...
La verdad, era que aún esperaba una carta de Stuart. No podía irse...
✧ ✧ ✧
Del otro lado del océano, se encontraban Russel y Noodle viviendo en Irlanda.
Cuando Declan se enteró de lo ocurrido, no dudo no un segundo en proponerle a su novia y su amigo mudarse con él a Dublin en Irlanda, dónde estaba su antiguo hogar.
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Rhinestone Eyes | Gorillaz
FanficDesesperado en busca de un cerebro para salvar algunos problemas de su banda Gorillaz, Murdoc Niccals pone su mira en Kira Ion, una científica investigadora recién llegada a Londres Su historia no comienza del nada bien. Aunque para su suerte, en l...