Al despertar la mañana siguiente, a Kion le costó recordar dónde estaba.Tardó unos segundos en recordar que se encontraba en la habitación de Murdoc. Volteó a verlo y allí estaba el, profundamente dormido entre una respiración profunda y roncando suavemente.
Una sonrisa se escapó de sus labios al recordar la noche anterior. Habían tenido sexo, aunque había sido un poco más especial que sólo eso.
Le sorprendió la delicadeza con la que él la trató en todo momento, siempre preguntándole si se sentía cómoda y llenándola de tiernos besos para demostrarle que lo que él sentía era real. Le sorprendió porque jamás se imaginó a un Murdoc en ese plan.
Se levantó y luego de ponerse una camiseta de él que estaba tirada en el suelo, bajó a la cocina hambrienta por algo de comer.
Se encontró todo nuevamente muy desordenado, sucio y desprolijo.
Despejó un poco la mesa y se sentó a comer un poco de cereal en silencio. Sentía que si hablaba despertaría de aquella secuencia que parecía un sueño.Minutos más tarde, cuando por poco se acababa su cereal lo vio ingresar por la puerta con su negro cabello despeinado y aspecto adormilado.
– Buenos días, rojita. – la saludó entrando en la cocina mientras refregaba sus ojos.
– Buenos días. – rio al oír su sobrenombre.
– ¿Cómo has dormido? No me despertaste...
– Dormí muy bien, y no quería hacerlo... Se que duermes hasta tarde.
El río y la abrazo por detrás, para luego sentarse en la silla de al lado.
– No puedo creer que estés aquí realmente... He pasado tantos días y semanas solo, alejado de todo el mundo. – confesó, y Kion notó una pizca de temor en el fondo.
Si bien se lo notaba feliz porque ella estuviera allí, sabía que aquella situación lo había dejado muy mal. Como si estuviera perdiendo la cabeza poco a poco.
– Hey Tranquilo. –tomó su mano por sobre la mesa. – Yo ya estoy aquí, ¿De acuerdo? Y no voy a dejar que nada malo te ocurra. – beso el dorso de su mano, y el la observó casi incrédulo.
Se incorporó para besarla suavemente.
– Gracias, Kion. Jamás tendré las palabras suficientes para agradecerte por todo lo que has hecho, y haces por mi.
– Ya te lo dije... Estoy enamorada de ti, Murdoc. – repitió mirándolo a los ojos. El sonrió.
– Aún no puedo creer eso tampoco... – rió por lo bajo. – Y yo...suena tan extraño. – frunció el ceño.
Ella rió y dejo un rápido pico en sus labios. Luego se incorporó dispuesta a llevar su bowl vacío al fregadero.
– Bien, ¿Sabes que haremos ahora?
– ¿Ir por un round dos? Por cierto, jamás creí que fueras tan buena en la cama... – bromeó pícaro tomándola por la cintura.
– No seas grosero... – lo regañó mirándolo de soslayo, mientras lavaba el traste.
Luego se seco las manos y volteó a verlo. – Y no. Reunir a los demás.– ¿Estás bromeando, cierto?
– Claro que no... Ninguno me ha llamado. Y eso me preocupa.
– ¿No crees que si no te han llamado es porque no tienen interés en mantener contacto contigo?
– ¿Por qué piensas que todo el mundo es tan horrible? – preguntó frunciendo el ceño.
– Porque la vida es así Kion. – se encogió de hombros. – Además, yo tampoco tengo interés en reunirme con nadie. Ellos me abandonaron, Kion.
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Rhinestone Eyes | Gorillaz
FanficDesesperado en busca de un cerebro para salvar algunos problemas de su banda Gorillaz, Murdoc Niccals pone su mira en Kira Ion, una científica investigadora recién llegada a Londres Su historia no comienza del nada bien. Aunque para su suerte, en l...