Te amo

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– El estará bien. Él debe descansar. – dijo Cyborg Noodle a Kion, cuando llevaron a Murdoc a su habitación.

Kion se quedó a su lado, en una silla tomando su mano. Él estaba dormido, porque su cuerpo debía reponerse de la sangre que había perdido, los golpes y claro el estrés de toda aquella situación.

Los demás salieron de la habitación dejando al par solo, y bajaron hasta la sala mirando el desastre que había quedado.

– ¿Qué haremos con éstos... Tipos? – preguntó Stuart aterrado. – ¡Vamos a ir a la cárcel!

– Claro que no. – lo tranquilizó Noodle. – Nadie va a ir a la cárcel, solo debemos enterrarlos.

Stuart miró a Noodle aterrado.

– ¿En...terrarlos? – preguntó con una voz temblorosa.

– Pues claro, ¿Que esperas, que queden aquí? ¿En la interperie, pudriéndose?

– Vaya... Creo que se me ha revuelto el estómago. – Murmuró haciendo una mueca, mientras secaba una lágrima traviesa de la esquina de su ojo.

Se quedó pensativo unos segundos, luego miró a Noodle otra vez, encontrándose con su mirada. Antes de hacer algo más corrió a abrazarla.

Ambos se abrazaron con fuerza por unos segundos, y en silencio derramaron un par de lágrimas.

– ¿Qué fue todo eso? – preguntó Stuart, separándose para mirar a Noodle apenado, con ojos vidriosos y enrojecidos– Casi nos matas a todos, Noodle.

– Lo siento... Lo siento tanto. Estaba cegada por el enojo, por la venganza... – Murmuró secando las lágrimas de su amigo. – Él me engatusó y yo me dejé llevar. Jamás me lo perdonaré...

– No, está bien. Sé lo que es estar herida por Murdoc y querer vengarte... Pero eso nunca es bueno. Nunca sale como uno espera. Nosotros no somos malos, no en realidad.

– ¿Y qué hacías tú aquí, maldito tonto? – preguntó secando ahora sus lágrimas. – Pude haberte matado... Cielos.

– Vine por Kion, para volver a Londres... Pero jamás me imaginé que... Bueno.

Se separaron del abrazo y él bajó la mirada apenado.

– Siempre supe que sentías algo por ella... Lamento que las cosas no salieran como esperabas. A mí también me cuesta creer que algo ocurre entre ellos.

– Pero es mutuo... ¿Sabes? Él también la quiere. Al principio lo habían ocultado, pero anoche los oí hablar... El no quiere lastimarla. Y jamás lo había oído tan sincero, tan... Enamorado. – frunció el ceño extrañado, y sorbó su nariz.

– Quizá eso era lo que él necesitaba. Una dosis de amor. ¿Crees que él cambió?

– No creo que Murdoc cambie realmente... Es decir, es Murdoc. – ambos se miraron pensativos, aún aturdidos. – Pero si estoy seguro de que quizá, si estaban destinados a estar juntos, ella le hará muy bien. Puede que saque a la luz sus virtudes.

Noodle hizo una mueca y suspiró.

– Me alegra verte, Stuart. Te he echado de menos..

– Y yo a ti y...¿Russ? ¿Dónde está él?

– En Irlanda aún con Declan. No quiso tener nada que ver con ésto... Pero ambos sabían que yo tenía asuntos pendientes.

– ¿Y no intentaron detenerte?

– No sabían el verdadero motivo, creían que solo venía a hablar...

– Ya veo, no te hubieran dejado venir a cometer una locura. – sonrió de lado más calmo.

Rhinestone Eyes | Gorillaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora