La batalla

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– Santo cielo, Santo cielo... – repetía Stuart mientras gateaba aterrado hasta algún escondite en la sala.

– ¡Cállate! Actúa como un hombre y defiéndete.

Murdoc corrió a su lado, y se escondieron detrás de un armario de madera.

– Shh... – le susurró a 2-D, pegándose de espaldas a la madera tiesa y fría del armario.

Cyborg Noodle aguardaba atenta detrás de la puerta principal.
De un segundo a otro, ésta fué derribada por una gran patada.

Dos tipos de contextura grande comenzaron a disparar hacia todos lados, con rostros severos y sin piedad alguna.

– ¡SAL DE DONDE QUIERA QUE ESTES MALDITO COBARDE! – gritó uno de ellos, bastante grandote y con cara de pocos amigos.

Claramente se refería a Murdoc.
El pelinegro respiró hondo. Miró a 2-D y luego de hacerle una seña salió rápidamente a dispararles.

La batalla había comenzado, y Cyborg Noodle se había sumado a pelear cuerpo a cuerpo.

2-D no tuvo otra opción más que sumarse disparando al par, esquivando a Murdoc, para defenderse.

Agradeció haber practicado tantas veces en aquellos descampados a los que solían ir cuando eran una banda, un equipo, una familia...

Noodle ingresó a la gran casa junto a un par de hombres más. Y los disparos cesaron extrañamente.

Murdoc yacía en el suelo inmovilizando a su contrincante. Pero se habían quedado quietos, curiosos por quién entraba.

Seguida de ella estaba Jimmy, con una sonrisa burlesca en el rostro.

– Noodle... – Murmuró Murdoc, sin poder creerlo y con una pizca de decepción en su voz.

– ¿Stuart? – preguntó confundida al ver al peliazul, quien estaba siendo ahorcado por uno de los amigos de Jimmy Manson.

– Muchachos, nos volvemos a encontrar... – dijo Jimmy burlón.

– S-suel-tame. – Murmuró Stuart a penas audible,  ya que uno de aquellos hombres lo estaba ahorcando por el cuello levantándolo unos centímetros del sueño.

– Suéltalo Pete. – le ordenó la japonesa y se dirigió hacia él con pasos fuertes y una postura derecha. – ¿Qué haces tu aquí? No me digas que estas metido en todo ésto...

– ¿En qué? Yo solo llegué ayer. ¿Que diablos es todo ésto? – preguntó cuando el tipo lo soltó, frotando su cuello en una mueca de dolor.

– Vine a vengarme. Jim me lo ha contado todo... Será una venganza doble. – volteó a ver a Murdoc, y le apuntó con un arma.

Murdoc soltó al tipo que tenía entre las manos y se incorporó aterrado, alzando ambas manos en el aire.

– ¿De qué estás hablando? – preguntó Murdoc. – ¿Qué te ha dicho éste imbécil?

– Cómo planeabas deshacerte de mi, y cómo lo traicionaste a él también. No sé cómo diablos pudiste volver tú, Stuart. – miró a Stuart de soslayo.

– Noodz... Escúchame. Pelear no servirá. ¿Que planeas... matarlo? – preguntó Stuart calmo, intentando hacerla entrar en razón.

– No sé si matarlo, pero darle su merecido. Para que aprenda la lección, ya sabes, una cucharada de su propia medicina. – respondió sonriendo de lado malvada, mientras miraba a un Murdoc aterrado..

– Yo creo que ya tuvo demasiado estando tantos días aquí solo... – Murmuró 2-D.

– Eso ya lo sé. Escuché tu radio idiota, ¿Podías haber sido más específico? – rió sarcástica, pero en un tono grave de voz. – Espera... ¿Qué diablos es eso?

Rhinestone Eyes | Gorillaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora