24-Yaiza

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   Te quiero, dos simples palabras que dichas por la persona indicada, provocan una detonación interna en la que todos tus sentidos se intensifican hasta alcanzar un estado de felicidad plena.
  
  Erizó cada centímetro de mi piel.

  Dilató mis pupilas hasta el extremo.

  Su perfume penetró por mi nariz para instalarse en mi sistema.

  Los oídos se transformaron en cuevas donde el eco de esa expresión resonó sin parar.

  La lengua recorrió impulsivamente toda la superficie de mis labios intentando saborear el afecto que él, Leo, les producía.

  Quería responder, proclamar lo que yo sentía desde la mismísima cima del mundo en la que nos encontrábamos. Sin embargo me falló la voz, un nudo en la garganta, o quizás en el pecho, se estaba interponiendo entre los dos.

Los colores del arcoíris©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora