Capítulo 6: Examen de ascenso

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Ha llegado el momento – pensó Auber con entusiasmo mientras esperaba su turno junto al resto de aspirantes que optaban a promocionar al Cuerpo de Guerreros.

Estaban en el campo exterior de la academia. Uno a uno iban pasando frente a Brocco y otro examinador para comprobar su nivel de poder. En eso consistían las pruebas. Primero se verificaba la fuerza de cada aspirante y, posteriormente, se realizaba un combate contra un saibaman. Si conseguía derrotarlo, el aspirante podía solicitar la entrada al Cuerpo de Guerreros.

Treinta y dos se habían presentado a esta convocatoria. Era una ocasión especial por el alto nivel de los candidatos. Por primera vez había más de cinco alumnos confirmados que superaban las dos mil unidades de poder, un hito histórico dentro de una misma generación que ponía de manifiesto las mejoras que había traído el sistema formativo del imperio. Por ese motivo muchos guerreros veteranos se habían acercado a la academia para presenciar el examen.

- Aspirante Prico, ¡1.450 unidades! - gritó Brocco.

Prico maldijo al escuchar los resultados. Aunque superaba de sobra el nivel para entrar al Cuerpo de Guerreros, no era lo mismo acceder como nivel bajo que como nivel medio. En el sistema de castas saiyan la fuerza lo era todo y las escalas de poder estaban muy regladas. Así, dentro del ejército los soldados se clasificaban en nivel bajo (800-1.500 unidades), medio (1.500-2.500 unidades), alto (2.500-4.500 unidades) y élite (más de 4.500 unidades). Entrar con uno u otro rango marcaba la calidad de las misiones a las que eras asignado y, por tanto, influía en la progresión y posibilidades de ascenso del propio saiyan.

- Aspirante Melo, ¡3.102 unidades!

Auber apenas era capaz de contener la emoción. Su ansiado objetivo estaba al alcance de su mano. Ardía en deseos de ver las caras de sus compañeros y de Brocco cuando derrotase al saibaman. Desde que comenzó el entrenamiento con Morello se había cuidado mucho de no mostrar sus progresos en público, por lo que todos en la academia seguían considerándolo una basura. Pronto descubrirían su error. Solo quedaba otro aspirante y sería su turno.

- Aspirante Fig, ¡722 unidades! ¡Descartado!

Fig abandonó la fila abucheado por los guerreros presentes y por los alumnos que habían pasado la prueba. Aunque no lo conocía, Auber no pudo evitar sentir cierta lástima por él.

Ese habría sido yo si Morello no me hubiese entrenado – pensó mientras observaba como el muchacho abandonaba cabizbajo el recinto. Nadie se acercó a él. En la sociedad saiyan no había piedad con los débiles.

- ¡Vamos escoria, te toca! – le gritó Brocco indicándole que avanzase -. Reconozco que eres valiente, yo con tu nivel no me habría atrevido a presentarme al examen. Supongo que a estas alturas has desarrollado una alta tolerancia al ridículo.

Auber se mantuvo impasible mientras se aproximaba a la zona de evaluación. Poco le importaban ahora las palabras de Brocco. Tanto este como el otro examinador fijaron sus rastreadores en el joven saiyan.

- No puede ser... - susurró Brocco.

- Auber, ¡1.390 unidades! - gritó el otro examinador.

Los guerreros que estaban entre el público le vitorearon, mientras que el resto de aspirantes lo observaba con asombro. Ninguno de los que lo conocían había imaginado un resultado semejante. Auber sonrió con satisfacción y le guiñó un ojo al anonadado Brocco antes de reunirse con los alumnos que habían superado la prueba.

- No te creas la gran cosa – le dijo Melo cuando se acercó -. No sé que demonios has hecho para engañar al rastreador, pero para mí sigues siendo la misma basura que se caga encima en cuanto germina un saibaman.

Dragon Ball: una historia de los saiyansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora