~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)

24

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—¿Dónde estáis? Llevo como dos horas intentando hablar contigo.

—Han, ¿no lo hemos dicho?

—¿Decir qué?

—No puedo entrar en detalles ahora, tengo poca cobertura. Estamos en un avión, de camino a una casa en medio de la nada.

—¿Ah?—soltó, acompañado de un gallito.

—Díselo a los demás, hazme caso. No creo que a mis padres les importe traer a otras personas...

Namjoon siguió hablando y hablando. Como Han no le interrumpía...

Paró en seco y miró la pantalla de su teléfono.

Ya no tenía cobertura.

Soltó un suspiro pesado, y dejó caer su cabeza hacia atrás.

Qué difícil es todo...

Al menos podía respirar con normalidad estando arriba, en el aire... Maldita sea. ¿Y si caían? ¿Y si el Gobierno les bombardeaba?

El avión estaba en completo silencio. Recordando atrás, los viajes siempre habían sido un caos. Chaquetas volando, gritos, malas palabras, insultos... De todo y, sin embargo, el motor era lo único que llegaba a percibirse. Con la pequeña excepción de los jadeos de Jungkook que solo Namjoon era capaz de escuchar, pues estaba a su lado.

Miraba su teléfono y le costaba respirar, hasta los dedos le temblaban.

—¿Te da miedo volar?

Jungkook se petrificó y luego lo miró.

—No... No es eso.

—¿Quieres hablar de algo?

Negó, y Namjoon lo dejó en paz.

Sus labios podían mentir, pero sus ojos no. Y los ojos de Jungkook chorreaban preocupación.

La discreción no era el punto fuerte de Taehyung, por lo que en varias ocasiones le había escuchado hablando sobre que Jungkook con su madre y que esto y que aquello. Lo gracioso es que, cuando Namjoon se acercó un pelín más, vio a Taehyung hablándole al aire mientras hacía x cosas.

—Señor Namjoon, hemos llegado—le anunció el piloto.

—Bueno, chicos—se levantó—, es hora de cambiar de vidas.

Salieron del avión uno tras el otro. Sus maletas ya estaban descargadas y preparadas. Cada maleta de cada chico junto a un guardaespaldas.

—Ellos os protegerán, tus padres me ordenaron una seguridad extrema para cada uno de vosotros más la externa y este fortachón a mi lado. La casa está rodeada y protegida.

—Encantado de servirles—el que parecía ser el líder de todo aquel grupo se presentó con una reverencia de noventa grados.

—Muchas gracias, en serio—agradeció con sinceridad Namjoon haciendo una reverencia.

El mucamo de Namjoon subió de nuevo al avión y antes de cerrar puertas, hizo un gesto con su mano como diciendo "llámame si pasa algo".

Los muchachos se encontraron cara a cara con sus respectivos guardaespaldas.

Puta madre, me dobla hasta el alma, pensó Jimin cuando miró hacia arriba y se encontró con los oscuros cristales de las gafas del hombre.

Él sonrió amistosamente.

Muy amistosamente.

Y Jimin le respondió con un intento de sonrisa que terminó siendo una mueca.