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—¿Vuelves a salir, hijo?

—Sí, mamá. Volveré para comer.

—Id con cuidado.

—No te preocupes, Mi-na.

La novia de su madre acomodó la chaqueta de Jungkook y la espolvoreó, cosa que el chico le agradeció con una pequeña sonrisa. Cogió dinero y las llaves antes de salir de su humilde casa y enviar un mensaje al grupo conforme ya estaba listo y en camino. Caminó calle abajo con sus auriculares a todo volumen, haciendo que las vistas del agradable lugar se hicieran mil veces más bonitas. Los árboles parecían tener vida con el sondeo del viento en sus hojas y Jungkook se quedó embobado.

—A vosotros tampoco os dejan bailar, ¿eh?—dijo en un susurro.

Con más dinero o con menos, pero todos compartían su sueño aunque algunos tuvieran que ganarse el pan vendiendo su sudor y lágrimas a un precio lamentable.

—Eh. Este no era el precio.

—No te daré más. Lo coges o lo dejas, pero a mí no me marees.

—Más morro y te lo pisas.

Yoongi aceptó la mitad del dinero que tenía previsto a cambio de una canción. La chica de pelo verde arrugó y guardó de cualquier manera el papel en su bolso antes de irse y dejar al chico allí plantado.

Hija de puta, espero que te infartes en la audición, la maldijo en su cabeza.

A veces, le costaba seguir con toda esa mierda, pero cierta calidez siempre se hacía lugar en su corazón cuando veía alguna notificación del grupo. Sí, ellos eran los únicos que lo motivaban a seguir y demostrar su talento a pesar de los baches que toda persona tenía. Conectó sus auriculares y comenzó a caminar escuchando Fly de Epik High, teniendo que aguantarse y escuchar su canción preferida con un solo auricular, pues el otro no funcionaba y no estaba como para comprarse unos nuevos.

—Casi me mato hoy—comentó Jin.

—Guay. ¿Queréis comer?—espetó Taehyung ignorando al pelinegro.

—¿No íbamos a dar un paseo?—intervino Jimin con sorpresa, el cual fue apartado por un Jin completamente indignado.

—¡Oye! ¿¡Qué pasaría si llego a matarme!?

—Que, por fin, cerrarías la boca—Yoongi le chocó la mano a Jungkook por tremenda pullita que también consiguió hacer reír a unos pocos más.

—¿Te corto el escroto de tres centímetros, Jungkook?

—Seguro que es más grande que el tuyo.

—¿En serio vamos a hablar de penes? ¡Venga, por favor! ¡Que no quiero perder el apetito!—dijo Namjoon indignado a lo que ambos chicos se miraron sin saber qué tenía de malo su conversación.

—Yo creo que ya lo he perdido.

—Tú nunca tienes hambre, Jimin.

Hoseok revolvió el pelo de Jimin y eso no le sentó muy bien al chico, que no dijo nada, pero su furia le quemó por dentro y, de la nada, le dieron ganas de echarse a llorar. No lo hizo y controló sus sentimientos al igual que su hambre. Un golpe en su pecho le hizo ahogar un gritito. Jungkook señaló a un grupo de chicas bailando dentro de un corral de gente. Intercambiaron miradas y decidieron acercarse a echar un ojo, pues la curiosidad los mataba. El instrumental de I'm The Best se coló por sus oídos traicioneramente y, cuando quisieron darse cuenta, estaban sonriendo como bobos. Nadie sabía lo que podrían llegar a dar para ser ellos los que estuvieran bailando allí en ese momento.

~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora