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Duele...
Vivir duele...
Los doctores estaban teniendo una buena charla con Kim Ji-mun mientras uno de ellos tomaba asiento al lado de la camilla de Jimin. Le sonrió. Pero él no se la devolvió.
Estaba horrible. Le avergonzaba su aspecto, su cuerpo, su cara, su peso... Su maldito peso. Y ahora le había sumado los dos tubos que salían por ambos orificios de su nariz y otro cable transparente que iba desde la parte delantera de su huesudo codo hasta una bolsita colgada en un porta sueros a su izquierda.
Cada vez que el doctor buscaba su mirada, él la esquivaba y la llevaba a algún punto de la habitación. Le gustaría poder ignorarlo mirando por la ventana, pero el cabezón estaba en medio. Solo podía ver a chicas como él: tumbadas o sentadas en sus camillas, algunas conversaban débilmente.
—Jimin—llamó el hombre queriendo su atención—. ¿Cómo te encuentras?
—Bien.
—Tus análisis dicen que tienes la boca y el esófago hechos polvo por el ácido del estómago. ¿Qué piensas al respecto?
—Que no le veo el problema. Mi madre está perfectamente.
—Pero tu madre es mayor, Jimin, tú apenas llegas a los dieciséis años.
¿Y? La boca es la boca. No es excusa.
Miró la silueta de su madre por el lejano cristal de la sala de rehabilitación. Parecía molesta. Las palabras del doctor pasaron a ser lejanos murmullos que dejó de escuchar cuando vio un potingue esparcido a lo largo de su antebrazo.
Ah, ya me acuerdo, pensó, recordando la bañera. Por eso estaba ahí. No pensaba que llegaría tan lejos, de haberlo sabido, habría estudiado las venas para dar con una importante y cortarla. El sabor a vómito todavía le caminaba por la lengua y los pequeños espacios entre sus dientes. ¿Cuánto haría que estaba allí? Por su palidez extrema y sus manos esqueléticas no haría más de un día. Dio una mirada de reojo al hombre que seguía hablando y de pronto, la puerta se abrió. Todos en la sala miraron a la madre de Jimin y a otra mujer entrar y volver a desaparecer en la consulta que se encontraba en la misma sala de rehabilitación.
El de bata blanca volvió a parlotear y para disimular, Jimin asintió cada tanto.
Qué pesadilla.
Jimin había ingresado en el hospital siete semanas antes de cumplir los dieciséis años con, aproximadamente, cuarenta y tres kilos, mareos, desmayos y otros síntomas. Si hubiera pensado las consecuencias de fracasar con los cortes y llegar vivo al hospital, definitivamente no lo habría hecho. Ya no estaba ahí por intento de suicidio.
Lo que daría en ese momento por poder escuchar un poco de música con sus auriculares al máximo, pero no dejaban que los jóvenes usaran la tecnología mientras realizaban su rehabilitación, a pesar de eso, la tele siempre estaba encendida. Seguramente para que nadie se sintiera incómodo.
Entre los inentendibles monólogos de su doctor y los cuerpos en descomposición en televisión su cabeza se volvió un nudo de palabras y temas diferentes. Pero, espera, pudo llegar a captar frases al azar de la conversación de su madre con la que parecía ser la psicóloga.
—... conocer este tipo de trastornos.
—Conozco a mi hijo, si le pasara algo grave, lo sabría...
Ahí perdió el hilo por un momento por culpa del pesado a su derecha. Chasqueó la lengua y la voz alterada de su madre llegó de nuevo a sus oídos
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~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)
Fiksi Penggemar"2012. Cuando todo parece estar destinado, y velar por la libertad parece imposible, resulta que no termina siendo así. Un mundo donde el baile es considerado pecado en los hombres, siete chicos se arriesgan por seguir haciendo lo que tanto aman aún...