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Venga, por favor, que terminen ya... Suplicaba Su-ji, viendo la maravillosa coreografía que en los ensayos se le hizo asombrosa y que ahora no podía disfrutar.

Por más que trataba de diferenciar algo extraño en el público, lo único que alcanzaba a ver era a personas gritando y saltando al son de la música.

Por fin.

Todo se tornó negro.

Su-ji no tuvo la paciencia como para esperarse dentro de la habitación. Se metió el pecho de nuevo en su lugar y salió, quedándose frente a la puerta, tiesa y expectante. A los segundos, las pisadas de los chicos llegaron a sus oídos.

—¡Bien hecho! ¡La esencia ha estado clavada!

—¡Estoy que no me aguanto de pie! ¡Joder! ¡Cuánta adrenalina!—decían, animándose entre ellos.

Los chicos entraron de uno en uno y Su-ji los separó en dos grupos: los que actuaban en ese momento y los que Yoongi iría preparando mientras tanto. La morena les dio los vestuarios a Jungkook, Jimin y Hoseok. Su-ji tuvo un pequeño colapso mental que la hizo olvidar hasta su nombre. Revisó el número de las bolsas en las que segundos atrás había guardado las prendas de ropa y miró a los tres chicos.

—Perdón por la pregunta, pero ¿ahora qué tocaba?

—La representación del Chuseok—informó Hoseok—. Yo con los dongs, Jimin con los abanicos...

—Vale, gracias. Ya me acuerdo—Su-ji levantó la cabeza hacia la pantalla sobre su cabeza y miró el tiempo que les quedaba para arreglarse—. Quedan menos de dos minutos—dio una palmada y les sonrió a los muchachos, aparentando tranquilidad—. Lo estáis haciendo muy bien.

Tanto Yoongi como Su-ji se las apañaron bien. Jungkook, Jimin, Hoseok y Namjoon fueron los que antes terminaron y los que primero se fueron.

La introducción a la tercera fase contó con una melodía oriental digna del Chuseok. Llevaron una tradición coreana al centro de China con la intención de dar homenaje a un país que literalmente los quería muertos. Qué irónico.

Su-ji tuvo que terminar por su cuenta porque al idiota de Yoongi se le relajó el esfínter con el estrés, por suerte, ese idiota había hecho la mayor parte del trabajo. Su-ji solo tuvo que arreglar cuatro pelos y planchar alguna que otra arruga en el traje blanco con la mano antes de echar casi a patadas a Jin y Taehyung.

—Estáis guapísimos—les dijo ella, levantando sus dedos pulgares—. A por todas.

Cuando Su-ji se dio la vuelta con la intención de dejar preparados los últimos vestuarios para Jimin, Jungkook y Hoseok, Taehyung y Jin se miraron. Fue una mirada que no duró más de tres segundos y con la que se dijeron mil palabras.

Allá voy.

—Su-ji—llamó.

—Dime.

—No, pero mírame.

La chica se dio la vuelta con una percha en la mano. Dio un pequeño golpe de cabeza para centrar bien su flequillo y sus ojos curiosos se clavaron en los de Jin.

Coño, esto es más difícil de lo que pensaba.

—Jin, no quiero que te vayas, pero tienes que hacerlo—dijo. Se echó la funda por encima del hombro y fue hacia él. Tomó sus dos hombros con la intención de darle la vuelta, pero Jin se mantuvo como una roca—. Luego me lo dic-

Jin tomó su cintura y la acorraló contra un tocador. El golpe hizo caer algunos pintalabios.

El corazón de Su-ji estaba a punto de pararse. ¡Esa cercanía con Jin solo había sido en sus sueños! Iba a llorar de la felicidad, pero seguramente que antes terminaría derritiéndose por culpa del puto Jin.

~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora