~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)

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Que alguien te frene es lo más común del mundo. Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué? No te equivoques, la gente te dice que algo es imposible porque ellos no pueden hacerlo, y ver brillar a alguien más en su lugar siempre será jodido, sí. Por eso es mejor cortar la raíz desde que la primera hoja nace. Pero, siendo sinceros, ¿alguien hace lo que le dicen? Si tu madre te dice que no toques eso porque te quemarás, ¿tú qué haces? ¡Ir y tocarlo! Después lloras en los brazos de tu madre, quien te recuerda que te lo había dicho, y que ahora, te aguantes.

Pero... ¿se puede conseguir algo sin pelear por ello? Eso te lo dejo a ti.

—Podemos lograrlo. Si pensamos en negativo, estamos llamando a la mala suerte. Tenemos que clavar la esencia del Chuseok.

—¡Sí, hyung! Tú mandas.

—Hoseok, es tu turno.

El muchacho pareció tener un ataque al corazón.

—Hoseok-

Repitió Namjoon, y Hoseok humedeció sus labios.

—T-tengo miedo...—sus ojos bailaron hasta establecer contacto con los del mayor—. ¿Y si no les gusto? ¿Y... si no estoy a la altura?

Hoseok temblaba, y Namjoon abrió un poco la boca, sorprendido. Cuando decía que Jung Hoseok nunca había tenido miedo a eso, era nunca. Aunque... las circunstancias tampoco fueron las adecuadas desde el día en el que tomaron una decisión.

Jimin negó repetidas veces con la cabeza.

—No, J-Hope. Eres el mejor bailarín que he visto en toda mi vida. No tienes de qué preocuparte.

—Jimin... Sabes perfectamente que sí.

—¿Has practicado duro para rendirte ahora?—Hoseok abrió la boca—. No respondas, yo lo haré—aclaró su garganta y cogió aire—. No—el chico soltó una floja carcajada, la cual incitó a sus ojos a derramar una lágrima.

Namjoon se unió a Jimin y animó al muchacho mientras los demás actuaban. Hoseok tenía miedo. Siempre había sido positivo, pero, por favor, se estaba jugando la vida por eso.

Ahora, ya no eres Hoseok, eres J-Hope.

Cierto, tan cierto como el que diría "Ya no tengo miedo de vosotros" y subiría al escenario con dos pares de narices. Cuando Namjoon, Jimin y Jungkook se dispersaron para prepararse en sus posiciones, dejaron solo a Hoseok agachado sobre la plataforma que, poco a poco fue subiendo, así dejando ver al bailarín en el centro del mambo entre varias chicas vestidas como la tradición coreana era. Entró en un campo visual con el público y se dejó guiar por la música, suplicando salir victorioso de ese escenario y, con suerte, sin ningún balazo de por medio.

Para saber con exactitud cuándo empezó todo, deberíamos volver unos cinco meses atrás y juzgar por nosotros mismos ciertas cosas, por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si ellos hubieran nacido siendo normales?

—Cinco, seis, siete y ocho. Un, dos, tres-

—Para, para, por favor, me he mareado un poco, hyung—dijo Jimin tomando su cabeza entre sus manos. Todas las miradas cayeron sobre su cuerpo hecho un ovillo de lana.

—Jimin hyung, no tenemos tanto tiempo. Descansa unos minutos y te vuelves a unir a nosotros cuando te sientas bien—aconsejó Jungkook a lo que Jimin cedió.

Hoseok volvió a marcar los tiempos y los cinco chicos imitaron sus movimientos a través del espejo mientras Jimin secaba su sudor en una esquina.

Busan no era un buen lugar para el baile. ¿El motivo? Podías morir si te pillaban. Casi todo el continente asiático tenía extremadamente prohibido a los hombres mostrar su talento. No existían idols masculinos, solo femeninos. El único país que se libraba de esa absurda ley era China. Nunca se supo el motivo, los que fueran que controlaban eso, lo tenían bien escondido.