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—Hos-tias—escapó de los labios de Jin con un hilo de voz.

—¡Corred!—gritó Jungwon causando el pánico.

Corrieron en dirección contraria al vehículo, ayudando a los más lentos tirando de ellos. La furgoneta negra dio una buena derrapada y los siguió, así consiguiendo cortarles el camino. Chocaron entre ellos cuando el monovolumen se cruzó en la carretera y se quedaron helados, viendo cómo una mujer joven rodeaba el capó y se acercaba a Heesung decidida.

—¿Por qué corréis?—preguntó ella con sinceridad, completamente descolocada.

Heesung se quedó horrorizado frente a la mujer aún sacándole una cabeza de altura. Tembló en su sitio y juró que su corazón dejó de latir un tiempo, tiempo en el que Namjoon lo apartó con suavidad dando la cara. Heesung se refugió en Jungwon logrando recuperar el aliento.

—¿Quién eres?—preguntó el azabache.

—Hwan Danbi. La hija de Hwan Eun-yeong. Espera, ¿no os ha dicho que venía a por vosotros?—Namjoon negó y Danbi se llevó la mano a la frente soltando un largo suspiro—. Mira que se lo he dicho. Lo siento mucho, os debo haber asustado.

—Sí que nos ha avisado—interrumpió Jay, mostrando la pantalla de su móvil con decenas de llamadas de la mujer.

Los demás también revisaron sus móviles, teniendo todos la misma cantidad de llamadas en ellos. Se miraron con una mueca sabiendo que habían preocupado a la pobre mujer, pero estaban demasiado ocupados huyendo para mirar sus teléfonos.

—Eun-yeong está muy preocupada. Os ha buscado como loca por todas partes, así que no la hagamos esperar más—dijo dulcemente Danbi, abriendo la puerta del monovolumen. Los chicos entraron de uno en uno y se sentaron en un lugar cualquiera. No tenían ni ganas de pelearse por los lugares y simplemente se quedaron donde sus piernas les llevaron.

El camino no fue incómodo gracias a Danbi, que no dejó de sacar temas para que nadie se sintiera excluido. En el camino, Jungkook recibió una llamada de su madre preguntando cuándo volverían a lo que no supo responder. Pero para mala suerte de todos, esa sería su última noche en Daegu. La acampada en el Camping Lake había concluido.

—Espero que hayáis estado cómodos en nuestra residencia. Por favor, volved cuando queráis.

—Lo mismo os digo. Sois libres de buscarnos en Busan—espetó Hoseok con una de sus grandes y sinceras sonrisas.

Dejando a un lado el miedo que esas "vacaciones" les habían dado, también salían de Daegu, un lugar muchísimo más liberal que Busan con nuevas amistades. Está claro. No todos iban a congeniar de la noche a la mañana, pero las amistades que se entablaron fueron maravillosas y dignas de prosperar como la de Jay, Jungkook y Yoongi, que al compartir el mismo retraso mental, no se separaron en esos días. Por otro lado estaban Taehyung y Sunghoon. Sí, habían congeniado bien, pero esa relación era más adulta. Más seria que, por ejemplo, la de Jin y Sunoo. Ay... Esos dos sí que eran tal para cual, y lo reafirmaron cuando les vieron hacer la misma jugarreta a Jimin y Jungwon con la típica espuma en la cara. A pesar de lo tonta y típica que fue esa broma, rieron como bobos por unos largos minutos.

Y ahí se encontraban. En el tren que los devolvía a Busan hablando de cosas triviales que se perdieron en el apestoso aire del transporte y entre los murmullos incallables de las demás personas.

—¿Alguien sabe cómo están las cosas por Busan?

—Todo sigue igual, hyung—Taehyung habló por hablar, pues ni sabía si Busan seguía de una pieza o si ya eran tendencia en las redes sociales. Yoongi asintió levemente para volver a hundirse en sus pensamientos hasta que llegaran a su parada.

~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora