~Black Swan~ (BTS) (FINALIZADA)

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[🎵🎵🎵]

—¡Bangchan, debemos volver!

—SUGA, por favor, no...

—¡Da la vuelta! ¡Suéltame!

Gritaba Yoongi en los brazos del rubio, revolviéndose sin importarle el dolor en su hombro. Ni siquiera tenía el derecho a quejarse. Él era el culpable. Él había condenado a Taehyung y Namjoon por no poder andar. El nudo que hacía presión en su garganta explotó cuando Yoongi perdió de vista las luces del coche policía. Sus manos temblaban de lo fuerte que estrujaba la camisa de Bangchan.

Lo siguiente pasó a cámara lenta para el azabache. Soltó un grito que resonó por las copas de los árboles y las gotas que empezaron a caer del cielo. Tronó, y en pocos minutos la lluvia los había empapado sin tener un lugar en el que refugiarse. Aceptaron que esa noche sería difícil en cuanto lo único a lo que pudieron aspirar fue a refugiarse bajo un puente a pie de río. Se desviaron en un cruce y se deslizaron por la bajada anterior al pilar del puente, llenándose de tierra. Se sentaron en la oscuridad del puente. Yoongi y Jungkook abrazaron sus piernas y guardaron silencio mientras los demás intercambiaban suaves murmullos.

—Deberemos pasar la noche aquí—anunció Bangchan en voz baja, frotando las manos entre sí para entrar en calor.

Solo quedaban siete.

Dos, en shock.

Y uno, atemorizado.

La bienvenida de las luces de las farolas se reflejaban en las tranquilas aguas del río. El viento en ese lugar era mucho más notorio y hacía que algunas gotas de lluvia llegaran a los cuerpos de los chicos. Los temblores y las pequeñas gotitas de agua deslizando por sus cabellos mojados hasta caer sobre la tierra.

Había sido una noche espantosa que nadie quería recordar, pero que ninguno podía evitar. Podían escuchar los gritos de sus compañeros, los sollozos... Incluso sus rostros se reconstruían como si fueran un lejano recuerdo.

—... y en el Moonlight Hotel, por fin han capturado a los rebeldes. Ciudadanos de Corea, estamos en paz de nuevo-

Hyunjin bajó el volumen cuando notó que todos le miraban.

—Lo siento—se disculpó él casi sin voz—. Pensaba...—aclaró su garganta—. Pensaba que deberíamos saber lo que está pasando para poder dar el siguiente paso... Bajaré el volumen.

—No. Súbelo—murmuró Yoongi, con la mirada fija en un par de rocas frente a él y la cabeza entre sus piernas—. Quiero saber si están bien.

Hyunjin asintió para sí mismo y subió el volumen, sentándose en medio de los chicos y delante de Ni-ki.

—... de los tantos jóvenes en busca y captura, ¡solo han escapado cinco!—los chicos se miraron con el ceño fruncido.

—Oh—espetó Ni-ki—, Jungkook y Hyunjin siguen siendo anónimos.

—No por mucho—añadió Jungkook, volviendo la mirada al suelo.

Siguieron escuchando.

—... parece que el Gobierno finalmente está feliz y en pocas horas, el presidente convocará una rueda de prensa junto a la Asamblea Nacional para aclarar unos cuantos puntos que siguen en la sombra para nosotros, los ciudadanos. Informaremos.

Hyunjin apagó el teléfono y respiró hondo.

No sirvió de mucho perder el tiempo escuchando eso.

Sus brazos cayeron sin vida sobre sus rodillas y apoyó la cabeza en la piedra tras él. Pasaron dos horas. Silenciosas. Frías. Y ellos seguían allí abajo, temblando y buscando calentarse con su propio calor corporal.