Capítulo Veintitrés - Solicitado.

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Y justo como prometimos antes de que él se fuera saltando por mi ventana, nos vimos al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente. No había día que no nos viéramos. 

No sabía qué clase de relación teníamos. Durante tres semanas, nos vimos todos los días. Ya sea solo un rato de treinta minutos o a veces horas y horas juntos, siempre nos encontrábamos. Trataba de arreglármelas para que nunca sea cuando mis padres llegaban del trabajo, a veces, cuando salía del colegio, él me pasaba a buscar por la puerta trasera, para que nadie lo pudiera ver. 

Los paparazzis no volvieron a encontrarnos, más que nada porque la mayoría de las veces estábamos juntos en lugares poco concurridos a los que nadie creía que el conocido Harry Styles podría llegar a  ir. 

Cada minuto que pasábamos juntos era como si durara muy poco y demasiado a la vez, era de los momentos que disfrutaba más del día, un momento en el que podía ser yo misma, un momento en el que podía hablar de cualquier cosa sin esperar ser ignorada.

Hicimos muchas cosas juntos, recorrimos la ciudad, fuimos a comer a millones de  lugares distintos, nos pasamos horas tirados en algún lugar de la casa de Harry riendo y hablando como siempre, nos besamos hasta que nos quedábamos sin aire, vimos películas tomados de la mano. Cosas que nunca pensé que podría llegar a vivir. Pero estaba pasando, y eso hacía que fuera una de las épocas más felices de mi vida. 

Un día, estábamos recostados en el sillón de la casa de Harry viendo televisión cuando su celular empezó a sonar. Sin moverse de su lugar atendió y habló con quien lo había llamado.

- Está bien... - Dijo sin mucho entusiasmo. - ¿A qué hora sería?

Me miraba a los ojos mientras hablaba, haciendo caras raras para que yo me ría, cosa que obviamente pasó.

- Bueno, nos vemos mañana entonces, sí... Aha... Ok... Saludos. - Y con eso terminó la llamada y mis ataques de risa.

- ¿Quién era? - Pregunté con curiosidad, sentándome mejor en el sillón. Él me imitó luego de dejar su celular en la mesita que había junto a uno de los brazos del sofá.

- Paul. - Dijo pasando un brazo por mis hombros, haciendo que mi cabeza quede recostada sobre su hombro. - Mañana tenemos una reunión con los manangers y después una entrevista.

- Chico solicitado. - Susurré y luego le dí un beso en el cuello, justo debajo de la línea de su mandíbula. Soltó una pequeña risita  y corrió su cara para besarme en los labios. 

Pude sentirlo sonreír en el medio del beso, rodeé su cuello con mis brazos y lo acerqué más a mí.

Cuando se aparto de mí, la preocupación de todos los días volvió a mi mente. 

- ¿Qué hora es? - Le pregunté mirándolo a los ojos.

Soltó uno de sus brazos de mi cintura y lo levantó para ver su reloj.

- Las seis. - Dijo y antes de que pudiera darme cuenta, estaba levantado acomodándose la ropa arrugada. Lo imité y fui a buscar mis cosas que estaban en la entrada. Mis padres llegaban a las siete de trabajar, así que ya era tarde, tenía que volver a mi casa cuanto antes.

En el auto, de vuelta a mi casa, sentí lo mismo que sentía cada vez que teníamos que salir corriendo para que mis padres no me descubran. 

- Odio que mis papás sean tan estrictos. - Confesé de repente, Harry me miró de reojo.

- No te preocupes Iri, son cosas normales, además nos arreglamos bastante bien para vernos. - Dijo tratando de tranquilizarme con una sonrisa.

- Sí, ya sé, pero siempre es lo mismo, tenemos que salir corriendo. Y no le puedo contar a mis padres porque se volverían locos. 

- Sabés que a mí no me importa eso con tal de verte... ¿no? - Dijo ni bien estacionamos. - No me importa que tengamos que escondernos, quiero pasar tiempo con vos.

Sonreí y lo besé suavemente en los labios.

- Gracias. - Susurré.

- No hay de qué linda. - Contestó. - ¿Nos vemos mañana, no?  

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora