Subimos al auto y Harry empezó a manejar. No había momento en el que no estuviera sonriendo, o cantando, o riendo, no hubo ni una sola vez en la que tuviera ganas de alejarme y eso es algo que me suele pasar. A veces, cuando estoy sola con alguien, siento el impulso de alejarme sin ninguna razón.
- ¿A dónde estamos yendo? - Le pregunté en un momento, mirando por la ventana para ver si reconocía donde estábamos.
- Mmm... Es un secreto. - Dijo sonriendo, mirándome de reojo.
- ¿No me estás secuestrando, verdad? - Le dije, riéndome.
- No, no te estoy secuestrando.
- Me quedo tranquila entonces. - Sonrió y siguió manejando mientras yo miraba la ciudad.
Era hermosa. Siempre me había gustado Londres, desde chica mis papás me llevaban a conocer los lugares a los que nunca habíamos ido y eso me hizo amar la ciudad cada vez más. Y muchísimo más si era de noche, las luces hacían que la vista sea el doble de fascinante.
- Estás hermosa. - Escuché decir a Harry mientras me perdía en mis pensamientos.
- ¿Qué? - Pregunté, tal vez ni siquiera me había hablado, tal vez yo me lo había imaginado.
- Que estás hermosa. - Sentí que me ruborizaba, él de verdad había dicho eso. Me había llamado hermosa. Nunca nadie me lo había dicho, nadie que no fuera mi mamá o mi papá. Esto era diferente.
Sonreí y miré hacia abajo, tratando de esconder lo rojas que estaban mis mejillas.
- Gracias. - Dije tímidamente, casi susurrando. Él sonrió y me miró, el auto ya estaba estacionado en uno de los lugares reservados para los clientes.
Estábamos en frente a un enorme restaurante, parecía muy lujoso, sólo el cartel del nombre habría costado una fortuna.
- Y... Eso es muy tierno. - Dijo sin moverse de su lugar, apoyando su brazo en el volante después de desabrocharse el cinturón de seguridad.
- ¿Qué es muy tierno? - Le pregunté sonriendo mientras yo también me desabrochaba el mío.
- Como te ponés colorada y tratás de que no lo vea. - Sentí que el color volvía a mis mejillas de nuevo y me reí.
- Bueno, es que no es muy lindo, mis mejillas me delatan mucho.
Se rió y apoyó su codo en el respaldo de mi asiento, bajando su mano hacia mi rostro, haciendo que sus dedos rocen mi mejilla. Sentí que mi corazón palpitaba más y más rápido.
- A mí me parece muy lindo. - Dijo susurrando poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja, mirándome a los ojos.
Podía sentir mi respiración volverse más pesada y mis latidos más ruidosos pero por alguna razón, me concentré en sus ojos. Había algo que me hacía tener esa increíble debilidad por sus ojos.
Verdes y luminosos. Profundos. Podría haberme quedado horas mirándolos mientras él acariciaba mi mejilla con su pulgar.
De repente, sonrió de nuevo y apartó su mano, me miró y después abrió la puerta bajándose del auto.
Bajé yo también y caminé hacia su lado. Sentí que me tomaba de la mano y me conducía hacia adentro del restaurante.
- Bienvenida al mejor restaurante de Londres.
- Pensé que ese era Nando's.
- No, eso es lo que dice Niall. Este es el mejor lugar.
Me reí y caminé a su lado, casi no había gente en la calle. Viendo por las ventanas, había gente muy elegante dentro del lugar. Vestidas en traje y vestidos largos, con muchas joyas por todas partes. Me sentí incómoda por cómo me había vestido pero después miré a Harry, que llevaba puesto unos jeans y una camisa simple y todo ese sentimiento desapareció. Es más, me sentí cómoda.
- Ahora empieza nuestra primera cita oficial. - Dijo él sonriendo antes de cruzar la puerta.
- Yo diría que ya empezó mucho antes. - Le susurré.
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Lost in your eyes. (Español)
FanfictionHarry e Irina se reencontraron después de conocerse por accidente. Completamente locos uno por el otro, se enfrentan a distintas complicaciones que no los dejan estar juntos, o aún peor, tratan de separarlos. Tendrán que ser fuertes y creer en sus p...