Capítulo Cincuenta y Uno - Dibujos.

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La llamada de Miranda no me afectó mucho más de lo que me afectó ese mismo día, algunas noches antes de dormirme me preguntaba cómo alguien podía tener el atrevimiento de tratar de usar a una persona de esa manera, y además hacerle creer que no son cuestiones para su propio beneficio. 

Igualmente, el tema de la obra era lo que menos me preocupaba, mi atención estaba más que nada en mi papá, que se negaba a creer que lo que tenía con Harry no era algo pasajero. 

Siempre supe que esto pasaría en algún momento, mi papá siempre habló de cómo los adolescentes no se tomaban las relaciones en serio y me repitió cada vez que pudo (durante toda mi adolescencia, hasta ahora) que si alguna vez me veía con un chico se opondría totalmente. 

El problema es que pensé que era un chiste. Al parecer no lo era.  

- Tal vez es mi culpa. - Dijo Harry de repente una tarde, estábamos a punto de dormirnos viendo la tele, recostados sobre el sillón de su casa.

Me senté de repente y lo miré fijo.

- ¿De qué estás hablando? - Pregunté, él se sentó derecho y tomó mis manos.  

- Tal vez fui demasiado... Demasiado... Yo. - Suspiró y desvió la mirada. - Tal vez por eso tu papá no logra aceptarme.

Tomé su cara entre mis manos, acercándome a él hasta que nuestros rostros quedaron a milímetros de distancia.

- No podés estar hablando enserio. - Murmuré con media sonrisa plasmada en mi cara.

- Sí que estoy hablando en serio. - Dijo y ví como sus ojos reflejaban la tristeza de sus palabras. - Tal vez no le gustó la forma en que hablo, o que tenga muchos tatuajes, o que sea famoso... No sé, podría ir y hablar con él de nuevo para convencerlo.

- Harry, Harry, Harry. - Dije entre suspiros, puse mis manos en la parte posterior de su cuello y apoyé mi frente contra la suya. - No quiero que hagas eso.

- ¿No querés que le guste a tu papá?

- No quiero que le muestres ser algo que no sos. - Dije con confianza. - Lo que dijiste en mi casa el día que mis padres se enteraron fue... Hermoso. Fue hermoso, de verdad. No quiero que le digas nada más, no quiero que te obligues a cambiar solo porque a él no le gusta... No tiene sentido.

- ¿Y qué pasa si no quiere aceptarme más?

-  Entonces no me importa... Lo único que quiero es que sigas siendo exactamente como sos ahora. 

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y supe que lo había convencido. Dar un discurso falso a mi papá no iba a cambiar nada. Lo besé lentamente en los labios y después le dí un pequeño beso en la mejilla y volví a recostarme a su lado. 

- ¿Puedo confesarte algo? - Dije conteniendo la risa. Me miró sonriendo con una ceja alzada mientras asentía con la cabeza. - Mi papá odia tus tatuajes. 

Me reí un poco cuando lo dije, pero no tanto como cuando mi papá se quejó de eso. Me lo dijo un día cenando y casi hace que escupa todo lo que estaba tomando, me hacía mucha gracia que trate de criticarlo por eso cuando es algo que a mí prácticamente me vuelve loca.

- Te lo dije. - Dijo Harry revoleando sus ojos pero también riéndose. 

- Está loco, a mí me encantan. 

- ¿Qué? ¿Te gustan todos estos dibujos en mi extremadamente atractivo cuerpo?

Estallé en carcajadas y le dí un beso sobre el gran tatuaje del barco sobre su brazo izquierdo.

- Amo todos estos dibujos en tu extremadamente atractivo cuerpo.  

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora