Lost in your eyes. (Español)

Capítulo Cincuenta y Seis - Salir de ahí.

Mi padre se quedó observándome, su expresión me decía que estaba enojado, muy enojado. Tal vez también estaba dolido, pero yo no sentía ni una pizca de culpa por eso. Por una vez en mi vida, iba a hacer valer lo que yo quería de verdad. 

- Irina. - Repitió casi en un susurro. - Tu novio tiene que irse. 

Y al decir eso reaccioné como le había advertido.

- ¿Te molesta que vaya a dormir a tu casa? - Le pregunté a Harry, viendo como mi padre suspiraba exageradamente ante mi pregunta.

- Por supuesto que no. - Contestó Harry con amabilidad.

Sin mirar a mi papá de nuevo a los ojos, caminé por mi habitación, agarré un bolso pequeño y puse un pantalón y una remera de repuesto, mi pijama y las cosas necesarias para pasar la noche en la casa de Harry. Me enganché el bolso en el hombro, tomé la mano de Harry y lo conduje escaleras abajo. 

- Irina. - Me llamó mi papá de nuevo. - No te dí permiso para irte. 

Me giré para mirarlo a la cara. 

- No me diste permiso para irme justo como no te diste cuenta de que estaba llorando desconsoladamente un rato atrás, como no te tomás enserio lo que Harry y yo tenemos, como no te importa que tus gritos nos hagan pasar a Alec y a mí días horribles. Así que ahora, yo no voy a dejarte impedirme que me dejes ir. 

Dí media vuelta y bajé las escaleras corriendo de la mano de Harry. Mi madre, que escuchaba desde abajo me llamó por mi nombre en tono de súplica.

- Hasta mañana mamá. - Dije y abrí la puerta, cerrándola de un golpe detrás de nosotros. 

En cuanto subimos al auto, Harry envolvió mis hombros con su brazo y me atrajo hacia él. 

- ¿Cómo te sentís ahora? - Preguntó lentamente. 

Tenía una gran confusión de sentimientos dentro, por un lado, me sentía mal por no hablar con mi mamá antes de salir de mi casa, porque a pesar de todo, con ella no había peleado. Por otro lado, me sentía fuerte, había defendido mis pensamientos, o mejor dicho, mis sentimientos, frente a mis padres y ni siquiera me sentía culpable. Por eso, contesté:

- Bien... Me siento bien. - Le dediqué una sonrisa y escondí mi cara en su cuello, su brazo se cerró con más fuerza a mi alrededor. - Solo... Quiero salir de ahí. 

- Tranquila mi amor, ya está. - Susurró besando mi frente. 

En menos de veinte minutos estábamos entrando a su casa, donde me dí cuenta de que era la primera vez que dormiría ahí y por eso los nervios me atacaron de repente. Él se dio cuenta y, cuando me vio quieta en el medio de la sala, todavía sosteniendo mi bolso, se acercó a mí y me rodeo la cintura con los brazos, dejando mis cosas a un costado. 

- Estaba pensando, podemos dormir los dos en mi cama... Es grande. 

Me dí vuelta y lo miré a los ojos, mi corazón latía con fuerza. 

- Yo... eh... - Empecé a decir, nerviosa. 

- Iri. - Pronunció mi nombre susurrando, pegando su frente a la mía. - Quiero quedarme dormido abrazándote y verte cuando me despierte mañana, nada más que eso. Nunca te obligaría a hacer nada que no quieras, ¿sí? No me importa esperar. 

Sonreí y lo besé dulcemente, enredando mis brazos alrededor de su cuello. 

- Te amo Harry.