Capítulo Cuarenta y Tres - Algún lugar.

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Mi padre sin siquiera mirarme se fue de la habitación, pero cuando estaba a punto de subir la escalera, miró hacia atrás sobre su hombro y dijo mirándome a los ojos:

- Ese chico está sacando lo peor de vos Irina.

Las lágrimas empezaron a formarse en mis ojos, sentí el brazo de Harry en mi hombro y sin preocuparme en qué pensaría mi madre me acerqué a él y envolví mis brazos alrededor de su cintura, presionándome fuertemente contra su pecho. Me besó suavemente la frente y después se separó un poco de mí para mirarme a los ojos.

- Tranquila, ya va a entender. - Asentí y miré a mi mamá. Estaba en frente nuestro y parecía preocupada, o triste, no supe bien diferenciarlo.

- Lamento mucho eso. - Dijo dirigiéndose a Harry. - Voy a tratar de hacerlo entrar en razón, pero no creo que me escuche.

- No, no hay problema. - Contestó él dulcemente. - Gracias, digo, por aceptar que esté con su hija.

Me acerqué a él y tomé su mano, él me miró y me dedicó una pequeña sonrisa antes de volverse hacia mi mamá.

- Supongo que ya me tengo que ir. - Apreté su mano con más fuerza.

No quería que se vaya, no ahora, necesitaba que estuviera conmigo. Quería que me abrace y me diga que todo estaría bien. Tenía muy en claro que en el momento en el que se fuera, mi padre me daría una larga y pesada charla sobre cómo no dejar que los sentimientos pasajeros arruinen mi vida.

- Em, estaba pensando... - Dijo mi mamá. - Tal vez sería mejor que hable con tu papá ahora, entonces convendría que estuviéramos solos... ¿Hay algún problema si van ustedes a, no sé, algún lugar y después Irina vuelve para dormir?

Solté un suspiro de alivio mientras Harry le decía a mi mamá que no había ningún problema en hacer lo que ella quería. Me despedí de ella con un abrazo, hacía mucho tiempo que no hacía eso. Saber que mi mamá me apoyaba en esto era un gran alivio. 

No pasaron treinta minutos que ya estábamos entrando en la casa de Harry, por la puerta trasera, obviamente. Dejé mi abrigo en el brazo del sillón y apoyé mi espalda contra la pared, mirando el suelo, perdida en mis pensamientos. 

Sentí unas manos agarrar suavemente mi cintura. Su frente descansó contra la mía mientras sus ojos luminosos me miraban fijamente.

- No voy a dejar que nada nos separe. Te lo prometo.

Asentí y sin pensarlo dos veces acerqué mi cara a la suya y lo besé. Fue uno de esos besos en los que prácticamente no se puede respirar, de un momento a otro la espalda de Harry chocó contra la pared mientras mis labios se movían contra los suyos, y mis dedos tiraban de sus rizos.

Sus manos se aferraron con más fuerza a mi cintura y sin separar nunca nuestros labios avanzó hacia adelante, hasta que mis piernas chocaron con la parte trasera del sofá.  Sus labios avanzaron hasta mi cuello, donde se detuvieron un momento mientras yo jugaba con su pelo. Tomé su cara entre mis manos y lo acerqué a mí para volver a besarlo, mis labios chocaron contra los suyos con la misma intensidad que antes pero en un momento, sin previo aviso, él me detuvo. 

- Iri... - Dijo casi sin respiración, con los ojos cerrados y su frente contra la mía. - No creo...

Le dí un pequeño beso en los labios y rodeé su cuello con mis brazos, abrazándolo dulcemente.

- Te amo Harry, muchísimo.

Sus brazos volvieron a rodear mi cintura, pero esta vez con más ternura.

- Te amo mucho más preciosa.

Me besó suavemente la frente y apartó sus brazos para tomarme las manos, una media sonrisa apareció en su rostro.

- Vamos a olvidarnos de todo lo que pasó hoy por un rato, ¿sí? - Dicho eso, nos recostamos los dos en el sillón y prendimos la tele, pero lo único que hicimos fue quedarnos dormidos, con mi cabeza apoyada sobre su hombro.  

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora