Capítulo Cuarenta - Suerte con eso.

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Y el momento que tanto había temido todo este tiempo había llegado. Subí los escalones de la entrada de mi casa para después quedarme parada delante de la puerta con miedo a entrar y encontrarme con un tsunami de preguntas y gritos. 

Como si mis pies estuvieran pegados al suelo, me detuve justo ahí, enfrente de la puerta de mi propia casa como si fuera el hogar de cualquier extraño.

Y todo ese miedo se descaveció un momento cuando sentí una cálida mano rozar la mía y entrelazar mis dedos con los suyos. Incliné mi cabeza para ver sus brillantes ojos verde esmeralda que me miraban desde arriba. Había llegado una instancia en la que me dí cuenta que nunca me dejarían de impresionar sus ojos, con ese color tan particular, siempre irradiando luz. 

- ¿Lista? - Me preguntó mostrando media sonrisa.

Suspiré con fuerza y saqué las llaves del pequeño bolso que siempre llevaba encima, pero me detuve antes de abrir.

- No... - Confesé nerviosa. - No puedo contarles, hay que volver.

Tomó mi otra mano y me hizo mirarlo de frente.

- Vamos a hacer esto ahora, ¿si? Sos fuerte, podés hacerlo.

Lo besé rápidamente en los labios, susurré un pequeño "gracias" en su oído y giré la llave dos veces en su lugar. La puerta se abrió y nos dio paso a mi casa, que ahora me parecía el lugar más lejano que había conocido. 

Entré lentamente de la mano de Harry y cerré la puerta detrás de nosotros.

- ¿Hola? - Dije levantando un poco mi voz. - ¿Hay alguien?

Escuchamos una puerta abrirse en el piso de arriba, y después un golpe como si se estuviera cerrando. Rápidamente Alec bajó las escaleras sin siquiera mirar por donde iba, y sin mirarnos a nosotros en ningún momento. 

- Menos mal que llegaste Iri pensé que... - Se detuvo en cuanto vio al chico que tomaba mi mano parado al lado mío y sus ojos se abrieron como si hubiera visto un fantasma. 

- Alec, él es Harry. - Dije tratando de que la situación no sea tan incómoda. - Harry, él es mi hermano.

- Mucho gusto. - Dijo Harry con una sonrisa, extendiendo su mano para estrecharla con Alec, quien hizo aquello con una expresión confusa.

- Eh, encantado. - Contestó mi hermano sin mucha confianza. - Perdón, no quiero ser grosero, pero... ¿por qué estás acá?

Fulminé a Alec con la mirada, pero Harry solo sonrió y contestó con amabilidad.

- Venimos a contarle la verdad a tus padres.

- ¿Los dos? - Dijo él sorprendido, a punto de gritar.

- Sí... -  Me adenlanté a contestar. - Pensé que, tal vez, si estábamos los dos iba a ser más fácil para mamá y papá aceptarlo.

Alec me miró preocupado, obviamente no creía lo mismo que nosotros. Sabía lo que nos estaba esperando cuando mis padres regresaran.

- Bueno, suerte con eso. - Dijo intentando sonreír. - Tuvieron mucha suerte que no hayan llegado todavía, dicen que no pueden avanzar en las calles porque hay mucho tráfico, no tengo idea de por qué.

Miré a Harry y compartimos una mirada cómplice.

- Nosotros sí. - Contestamos al unísono.  

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora