Capítulo Setenta y Cinco - Todo entre nosotros.

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Después de un par de semanas de que Harry me propusiera acompañar a Niall y a Lucy en la extraña experiencia de salir por primera vez juntos en televisión, por fin llegó el día en que eso ocurriría. 
Las últimas semanas habían pasado casi sin problemas, Harry y yo estuvimos casi todo el tiempo juntos, incluso en mi casa, cuando mis padres no estaban presentes. Nunca habíamos tenido un momento tan pacífico entre nosotros y con nuestro alrededor. De verdad se notaba que los problemas por fin estaban disipándose y que, de una vez por todas, eramos dueños de nuestra relación. 
Una tarde muy lluviosa, el día de la entrevista de mi amiga y su pareja super estrella, que ahora podía también conocer como mi amigo, Harry y yo, recostados en su cama, recordábamos ese día en el que los papparazzis nos habían acorralado en un callejón. Ese día que tuvimos nuestra cita doble con Niall y Lucy. 
No podíamos parar de reírnos. 
- Niall fue muy inteligente al llamar para que vayan a buscarnos. - Me contaba Harry sonriendo, yo lo miraba desde muy cerca, estaba recostada boca abajo en su cama, usando su brazo como almohada. 
- Sí. - Le dije. - Tuve bastante miedo ese día, los papparazzis estaban muy cerca de nosotros. 
- Sí... - Recordó él. - Y decían cosas groseras. 
Estallé en risas cuando recordé lo que me habían preguntado. Harry empezó a reírse tanto como yo, seguramente pensando en lo mismo. Ahora, visto tiempo después, eso que me decían me parecía ridículo. Recorde lo ofendida que me había sentido sin poder dejar de reírme.
- ¿Qué era que te habían preguntado? - Inquirió Harry entre risas. 
- Dijeron algo como... - Usé mi mano como micrófono y hice que mi voz sonara más grave. - ¿Qué tan bueno es Harry, eh, eh? - Guiñé exageradamente mi ojo, mientras lo observaba reírse a carcajadas. - Fueron a comer, ¿verdad?... Y ahora van por el postre, ¿o no?
Las risas de Harry inundaron toda la habitación, haciéndome sentir completamente feliz. 
- No me acordaba de esa parte. - Dijo cuando dejó de reírse. - El postre... por Dios... 
Cuando dejamos de reírnos, con nuestras respiraciones agitadas, nos miramos el uno al otro. Dejé que ese verde esmeralda me atraviese el cuerpo y el alma. Dejé que me viera de esa manera, de la misma manera en la que yo lo estaba mirando a él. Sabía, exactamente, en lo que estaba pensando. 
Por eso no me sorprendió cuando quedé acorralada entre su cuerpo y el colchón. Él se sostenía con sus codos sobre mí, pero su cuerpo estaba a milímetros de distancia del mío. Su respiración pesada chocaba contra mi piel como una ola rompiendo contra las piedras. Podía sentir mi corazón golpeando desde el interior de mi pecho, y también podía escuchar el de él, bombeándo a pocos milímetros del mío. 
- Irina. - Pronunció mi nombre, disfrutando cada letra. - Te amo más que a nadie en este mundo, ¿sabías eso?
Asentí con la cabeza, tratando de concentrarme. Su cercanía me impedía pensar con claridad. 
- Y yo a vos, mi amor. - Le dije susurrando. 
- Iri, quiero... quiero que pase todo entre nosotros. 
- Yo también. - Le dije sin salir de esa conexión que tenían nuestras miradas. Lo sentía tan cerca de mí, que el solo pensar que en algún momento tendría que alejarse me revolvía el estómago. 
De repente, sonó el teléfono.
Pero Harry no dejaba de mirarme. Sus labios rozaban los míos... en realidad, todo su cuerpo rozaba el mío. Podía sentir su piel como descargas eléctricas por todo mi cuerpo. 
Y el teléfono sonó de nuevo. 
- No quiero atender. - Confesó. 
No había nada que deseara más que a él en ese momento. Pero habíamos prometido algo, y supe que era la causa de que el teléfono sonara tanto. 
- Mi amor, seguramente es tarde. - Le dije, tratando de convencerlo y tratando de convencerme a mí misma también. - Tendríamos que ir al estudio de televisión. 
Cerró los ojos, exhaló un suspiro, y se incorporó. Primero se sentó al lado mío, donde me besó la frente, y después se paró para ponerse la ropa adecuada. 
Mi corazón aun galopaba dentro de mi pecho, aun lo sentía retumbar por todo mi cuerpo. 
- Ay, Lucy, Lucy. - Dije pensando en mi amiga. - ¿Estarás tan nerviosa como yo ahora?

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora