Capítulo Setenta y Cuatro - La tormenta pasa.

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Las preocupaciones de mi padre eran casi invisibles para mí. Al fin me comprendía, entendía ese amor inmenso e incondicional que Harry había causado en mí, y nada me pudo haber hecho más feliz en ese momento que esa declaración que mi papá me había hecho. 
Fingí interés en las maneras que me dijo que podríamos solucionar el tema de mi exposición mientras calculaba en mi mente los minutos que faltaban para contarle a él que ahora todo, bueno... casi todo, estaba bien. 
Sentí ganas de saltar de alegría cuando, a la mañana siguiente, me vestí para ir a visitarlo. Crucé la calle corriendo y toqué el timbre con entusiasmo, no podía borrar la sonrisa en mi rostro, nada podía arruinar ese momento. Y solo en ese momento, cuando ví que se encendía la luz de su cuarto, comprendí que aun era demasiado temprano y que él seguramente estaba durmiendo. 
Abrió la puerta con los ojos entrecerrados por el sueño, los rizos alborotados de una manera casi ridícula que se transformaba en tierna al ser él quien los tenía sobre su frente. Vestía únicamente unos pantalones grises. La mariposa en el centro de su torso me miraba a los ojos, y yo no pude contener una carcajada de felicidad. 
Me arrojé a sus brazos sin avisarle. 
- ¡Hola hermoso! - Le dije, contenta. - Te amo, te amo, te amo. 
Empezó a reírse al mismo tiempo que cerraba la puerta y se volvía hacia mí. 
- Hola mi vida. - Me dijo antes de darme un beso en los labios. - Te amo mucho más... Iri, no es que no quiera que vengas no... pero no sé si te diste cuenta de que son las ocho de la mañana. 
Sin separarme de él, volví a reírme. Seguramente él ya se preguntaba qué era lo que me pasaba. O qué era lo que había tomado. 
- Perdón. - Me excusé con una irremediable sonrisa. - Es que tengo algo importante que decirte. 
Harry bostezó y arqueó su cuerpo hacia atrás para desperezarse. Tuve que contener la respiración para no desmayarme frente a esa imagen: sus músculos, sus tatuajes, su piel... era irresistible la combinación de todo eso junto a su aroma. Y a su voz. 
Me tomó la mano y me encerró entre sus brazos, haciéndome respirar contra su pecho. 
- ¿Qué me tenés que decir, hermosa?
Lo miré con una sonrisa pícara. 
- Quiero que estés bien despierto cuando te lo diga. 
- Entonces durmamos un ratito más. - Dijo arrastrándome hasta el sofá, donde nos recostamos, mirándonos frente a frente. 
- Harry, de verdad es importante. 
Bostezó de nuevo y soltó una pequeña risita. 
- Perdón. - Me dijo tratando de mantener sus ojos abiertos. - Estoy tonto cuando me despierto. 
Ahogué una carcajada y me quedé mirándolo unos segundos. Era tan hermoso, tan, tan hermoso que mis pensamientos aun no lograban asimilar que un chico como él... como el mismo Harry Styles estuviera conmigo, una chica común y corriente. Y lo que verdaderamente mis pensamientos no podían asimilar era el hecho de que ya casi nada se interponía entre nosotros. 
Desde que mi padre me había confesado que leyó la carta que le escribí a Harry, millones de pensamientos cruzaron mi mente: invitarlo a mi casa a cenar, ver como se acerca a mi familia hasta formar parte de ella. Aunque ahora mi familia estuviera dividida, podríamos participar de ambas partes, juntos. Como la pareja que éramos, ¿o no? 
Lo besé en los labios con suavidad, para que no se duerma nuevamente. 
- ¿Qué es eso que me tenés que decir? - Me preguntó. 
Sonreí y dejé escapar un suspiro. Sus ojos verdes no dejaban de mirar los míos. 
- Harry, mi papá leyó la carta que te escribí. 
Sus ojos se abrieron de par en par. No parecía muy contento con la noticia, así que me apresuré a contarle lo demás. 
- Pero, mi papá me dijo que por fin entiende lo que pasa entre nosotros. - Dije tomando su rostro entre mis manos. - Y que lo va a aceptar... lo único que le preocupa es que esté muy expuesta. 
- ¿De verdad? - Dijo, con los ojos iluminados. - ¿Me va a aceptar?
- Sí, mi amor. 
Me abrazó tan fuerte que creí que me dejaría sin aire. Después, me besó una y otra vez por todas las partes de mi rostro: mi frente, muchas veces, mi nariz, mis pómulos, mis cejas, mis labios. 
- Estoy muy feliz, Iri. - Me confesó, repentinamente despierto. - Y no se tiene que preocupar por eso, va a estar todo bien. Voy a conseguir a gente que te proteja como hacen con nosotros, ¿sí? Ya no va a haber ningún problema. 
Asentí con la cabeza. 
- Ayer Niall me dijo que van a hacer ellos lo mismo que nosotros... - Empezó a contarme. - Van a tener una entrevista en el mismo programa de televisión que tuvimos nosotros, y me pareció una buena idea acompañarlos, y verlos desde detrás de cámaras, ¿qué te parece?
Sonreí para mis adentros. En parte, porque al fin todo se calmaba, la tormenta pasaba y todo empezaría a ser fácil entre Harry y yo. Por otro lado, me hacía feliz que mi amiga, mi mejor amiga, estuviese pasando un momento que tal vez era tan feliz como el mío. 
Sin dudar, lo miré a los ojos, y antes de besarlo le dije: 
- Me parece increíblemente genial.

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora