Lost in your eyes. (Español)

Capítulo Dieciocho - Escapar.

Sentí como el corazón empezaba a palpitar con más fuerza dentro de mi pecho y como mis mejillas iban tomando poco a poco su color. No pude contestar, lo miré sonriendo, pero las palabras no salían. Quería decirle que a mí también me pasaba lo mismo, que nunca me había sentido así de cómoda con ningún chico, que nadie me hacía sentir ese escalofrío por la espalda cada vez que se acercaba. 

Quería decirle todo eso pero ninguna palabra salía de mis labios. 

Pero él seguía sonriendo, aunque no le hubiera dicho nada, ni siquiera gracias, él no parecía haberse ofendido.

En ese momento fue cuando se empezó a acercar, más de lo que ya estaba. Nuestros rostros estaban a milímetros de distancia, su mano jugaba con el pelo que estaba sobre mi frente y su mirada pasaba de mis ojos a mis labios montones de veces. 

- Me gustas mucho. - Susurró acomodando el pelo detrás de mi oreja, dejando su mano en la parte trasera de mi cuello. 

- También me gustas mucho. - Susurré, tratando de que las palabras pudieran salir, aunque los nervios que tenía en ese momento hicieron que tiemble mi voz al hablar.

Se acercó más y más hasta que sus labios rozaron los míos, pude notar como sonreía antes de presionar su boca contra la mía y besarme suavemente.

En ese momento, sentí que me olvidaba de todo, ya nada era importante. No era importante el hecho de que mi madre ya estaba en mi casa y todavía yo no había llegado, no era importante que tal vez los paparazzis nos habían encontrado, no era importante nada de lo que estaba pasando en ese momento. 

Solo me importaba el hecho de que lo estaba besando, a él, al chico que me encontré en el ascensor, al chico que me buscó hasta encontrarme, al chico que me había dicho que yo lo hacía sentir diferente.

Sus labios se separaron de los míos un segundo, me miró a los ojos sonriendo y luego volvió a besarme, ahora poniendo sus manos en mi cintura. Rodeé su cuello con mis brazos, jugando con su pelo con mis dedos.

Volvimos a la realidad cuando una luz demasiado brillante surgió desde la parte de atrás del auto.

Harry se separó de mí acomodándose en su asiento rápidamente y poniendo el auto en marcha de nuevo.

- ¿Son ellos de nuevo? - Pregunté recuperando el aliento, también acomodandome nuevamente.

- Sí, tenemos que salir de acá. - Djio preocupado mirando por el espejo retrovisor. - Voy a llevarte a tu casa.  

Asentí con la cabeza y el auto empezó a moverse mucho más rápido. Las camionetas estaban siguiendonos como lo habían hecho momentos atrás.

- No puedo entrar en mi casa por la puerta de adelante. - Me dí cuenta de eso de un momento a otro, mis padres seguramente ya habían llegado y creían que yo estaba durmiendo en mi habitación, no podía irrumpir en mi casa como si nunca hubiera estado.

- ¿Hay alguna puerta trasera? - Preguntó Harry, más tranquilo que antes.

- No, solo la ventana de mi habitación.

Me miró de reojo.

- Creo que vamos a tener que trepar.