Capítulo Treinta y Cuatro - Tenemos que irnos.

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La semana siguiente nos estuvimos viendo a escondidas de todos, por lo menos nos dejaban hacer eso, por lo menos podíamos estar juntos de alguna manera. Aunque ahora también esa rutina de tener que disfrazarnos, ocultarnos y ser discretos se estaba empezando a volver cansadora, no por el hecho de que no tuviéramos nada que hacer cuando estábamos juntos si no que era muy difícil escondernos todo el tiempo. 

Solo podía ir  a la casa de Harry tomando un camino más complicado del normal, que me hacía llegar hasta la puerta trasera, donde era menos probable que alguien me viera. Y si Harry quería visitarme tenía que hacerlo completamente cubierto, usando cualquier auto que no sea el suyo, porque también de esa manera podrían reconocerlo. 

Habían pasado varios días desde que fuimos a hablar con los manangers y todavía no nos habían dado una respuesta, sentía que querían alargar el tema tanto como pudieran pero en algún momento iban a tener que contestarnos, no les quedaba opción. 

Estábamos recostados en el sofá de la casa de Harry justo como hacíamos la mayoría de las veces que estábamos juntos. Nuestras piernas estaban enredadas unas con otras y mi cabeza descansaba sobre su hombro, teníamos los dedos entrelazados y el sonido de nuestras risas era lo único que se escuchaba en la habitación. 

 Estábamos jugando a algo que propuso él, un juego en el que hay que decir la primera palabra que viene a tu mente cuando te dicen otra. Estaba muy segura que ese juego habría sido extremadamente aburrido si no lo hubiera jugado con él. Siempre me hacia reír, esa era una de las cosas que me hacían nunca querer separarme de él. 

- Dejame pensar... - Dijo con su voz grave y lenta casi en un susurro. - Flores. 

- Primavera. - Contesté al instante, ya me había acostumbrado a hablar sin siquiera pensar. 

- Música. 

- Canciones. 

- Besos. - Media sonrisa apareció en su rostro, y sus ojos buscaron los míos al instante en el que dijo la palabra. 

Puse mis labios sobre los suyos dándole un pequeño y rápido beso. Una enorme sonrisa se dibujó en sus labios cuando me separé de él y segundos después, se inclinó y me besó lentamente. Sus brazos me rodearon los costados y sus labios buscaban cada vez más los míos, rodeé su cuello con mis brazos y pasé mis dedos por su pelo, jugando con sus rulos suavemente mientras su boca se movía contra la mía. 

Después de un beso que pensé que sería infinito, Harry se apartó para respirar y sus ojos verde esmeralda se encontraron con los míos. 

- Creo que esa fue la mejor parte del juego... ¿o no? 

Me reí y lo abracé más fuerte sin separar nunca mis brazos de sus hombros. Su teléfono sonó, apartándonos a los dos del mundo en el que estábamos, en el que sólo existíamos nosotros dos. 

Con un aspecto de molestia, Harry atendió el teléfono y se recostó de nuevo al lado mio, tomándome de la mano otra vez. 

- ¿Si?... - Asintió con la cabeza varias veces y luego, de repente, una expresión de sorpresa apareció en su cara. - ¡No! ¡Lo olvidé! Ai, no, no, no. 

Se levantó bruscamente, poniéndose los zapatos que habían quedado en el piso, sosteniendo su celular entre el cuello y el hombro. 

- Bien, ya salgo para allá. - Cortó y me miró con expresión preocupada. - Tenemos que irnos. 

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora