Capítulo Catorce - Primera cita oficial.

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Al día siguiente llamé a Lucy para contarle todo lo que había pasado. Le conté todo, sin resumir nada, todos los detalles insignificantes de lo que había pasado se los dije a mi amiga, para que no se pierda de nada, y en cierto modo, como disculpa por no haberle contado todo desde un principio.

- NO-PUEDE-SER. - Gritó ella a través del teléfono casi dejándome sorda.

- Sí puede ser. - Le dije riéndome, había gritado ese "NO-PUEDE-SER." ya unas cuarenta veces. - Tendrías que ir cambiando de frase Lu. 

- ¿Trató de besarte y te alejaste? ¡Irina, eso es una bestialidad! ¡No te lo permito!

Me reí de nuevo y me tiré en la cama mientras la escuchaba decir todo lo que ella hubiera hecho si hubiera estado en mi lugar, había varias cosas que eran más pervertidas de lo que pensé que ella podría llegar a ser. 

Seguí contándole la "historia" y ella siguió profiriendo gritos extraños y diciendo siempre la misma frase. 

- No sabés que contenta que estoy. - Dijo en un momento. 

- ¿Por qué? - Pregunté.

- ¡Por vos tonta! Es muy lindo lo que te está pasando.

- Pero me hace sentir un poco culpable. - Confesé. Y era toda la verdad.

- ¿Por qué? No me digas que porque yo...

- Sí. - La interrumpí. - Vos sos la que siempre soñaste esto, no es justo que yo sea la que hoy vaya a salir con Harry. 

- Basta, no quiero que digas eso nunca más, ¿ok? - Dijo seriamente. - Aunque tengo que admitir que obviamente me da un poco de envidia, tenés todo el derecho de salir con él sin sentir nada de culpa. 

- Pero... 

- Sh. No se habla más de esto. 

Me reí de nuevo y seguimos hablando un rato más hasta que finalmente, nuestra conversación termino con mi promesa de llamarla ni bien volviera a mi casa esa noche. 

Cuando terminé de prepararme y me miré al espejo, había cambiado mucho. Llevaba un vestido suelto color champagne con sandalias que hacían juego y casi no me había maquillado, me hacía parecer más natural y además me quedaba bien. O eso creía.

Mi hermano cumplió su promesa, les pidió a mis padres que lo lleven a comer con uno de sus amigos y ellos, al parecer, no se negaron. Me dijo que iba a tratar de alargar la cena tanto como pudiera. Como estaba castigada yo debía quedarme en casa así que dejé unos almohadones en mi cama aparentando que yo estaba acostada durmiendo por si llegaban a mirar por la puerta. Nadie en mi casa nunca entraba a otra habitación sin permiso, eso era una gran ventaja.

Dejé varias de las luces de mi casa prendidas y cuando escuché el sonido del motor del auto y mi teléfono empezó a vibrar, me dirigí a la puerta, agarré mi abrigo y salí de mi casa tratando de no tropezarme en los escalones de la entrada debido a los nervios.

Estaba esperando recostado sobre la puerta del copiloto. Se veía mucho más hermoso de lo que me acordaba. Sus ojos brillaban más que nunca bajo las luces pálidas de la entrada de mi casa, los rulos le caían libres por la frente, moviéndose por el viento. 

Una sonrisa apareció en su rostro cuando crucé la puerta y le respondí de la misma manera. Me acerqué a él y me dió un beso en la mejilla que hizo que una extraña sensación me recorriera por el cuerpo, como si fuera una descarga eléctrica.

- ¿Lista para nuestra primera cita oficial?  

Lost in your eyes. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora