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—Es Sirius.

—Sí, te escuché.

— ¿Entonces para qué me haces repetirlo?

—El punto... ¿cómo que vas a ir con... Black?

Severus seguía nervioso.

—Papá, cálmate. No es una cita —Dijo rápido—. Es sólo que Barty por fin tomó el valor para invitar a Pettigrew a salir, y, bueno, ya sabes, se muere de la vergüenza porque no sabe qué decir ni qué hacer... es su primera cita.

—De acuerdo, ¿eso qué tiene que ver contigo?

—Regulus y yo nos ofrecimos para acompañarlo, pero dijo que sería raro, así que propuso una cita —hizo comillas con los dedos para relajar al hombre— triple, Dorcas aceptó ir con Reg y yo acepté ir con Sirius... ¡pero sólo es para ayudar a Barty!

Tom suspiró.

—De acuerdo... pero llevarás tu varita en el traje —Severus abrió la boca para protestar—. Sin peros-

—Ni excusas, ya lo sé —suspiró—. ¿Ya puedo irme?

Asintió, viendo al chico bajar las escaleras de dos en dos.

— ¡Cuidado!

— ¡Sí!

Sonrió, mantuvo su mirada en él hasta que desapareció al entrar al castillo, se metió a la lechucería, llamando a la más grande, acariciándola un poco y después diciéndole «Bellatrix Black, mansión Black».

El día del baile no tardó en llegar, respiró una, dos, tres veces, y no se tranquilizó, Severus había decidido prepararse en la habitación de Tom para no tener que pelear por el baño de su habitación, así que sólo le veía peinarse con ilusión, quizá estaba haciéndose ideas, o quizá no quería creer que el chico estaba realmente emocionado por aquella cita con, para no olvidar, su antiguo acosador. Él sabía que su hijo no era tonto, ¿¡ENTONCES POR QUÉ ESTABA ACTUANDO COMO JNO!?

—Pa' —La voz le sacó de sus pensamientos—. Le dije a Barty que le daría apoyo emocional, así que me voy a adelantar, ¿de acuerdo?

Asintió, el chico salió disparado pero se detuvo en la puerta cuando se escuchó «Mi beso», regresándose y besándole la mejilla a su padre, para después poder irse. Recordaba cuando a penas le conoció, era tan pequeño que a penas conseguía rozarle los codos, había crecido unos veinte centímetros desde eso, su mentón comenzaba a marcarse y se había vuelto un experto en duelo con varita, incluso sin ella, el padre de Tom, a pesar de las quejas de éste, se había ofrecido a enseñarle combate cuerpo a cuerpo, y Severus no era capaz de decirle que no a sus abuelos, así que sí, ya no era el mismo preadolescente flacucho de baja estatura que había conocido; pero él lo seguía viendo así, para Tom era el mismo chico de cabello hasta los hombros (aunque se lo había cortado hacía un año y lo mantenía así), huesos marcados aparentemente fragiles y temeroso, quizá por eso era tan difícil dejarle experimentar por su cuenta, quería cuidarlo con miedo de que se rompiese en cualquier momento, sabía que no pasaría, y si sí, bueno, Severus podía con ello, pero no quería, no merecía más sufrimiento.

Terminó de amarrarse la corbata frente al espejo de cuerpo completo, dándose cuenta que por primera vez en su vida estaba asustado. Nunca le dio miedo morir, no lo hizo cuando sabía que esa era la consecuencia de romper el juramento inquebrantable y tampoco lo hacía ahora, no le daban miedo los niños del orfanato que lo molestaban, a ellos los odiaba y quería hacerles daño, no le dio miedo empezar en una nueva escuela, en realidad le dio igual; no le dio miedo comenzar a ser maestro de chicos con los que se había relacionado a penas hacía meses; tampoco le dio miedo cuando su tío Morphy asesinó a su abuelo y por ello se fue a Azkaban, no le dio miedo la posibilidad de que su último familiar Gaunt muriese en prisión, cosa que pasó hacía dos años. Pero pensar en Severus sufriendo un poco... eso le aterraba, en realidad le daba pavor.

Suspiró, tomando su varita y saliendo de la habitación, caminó hasta la puerta del gran comedor, había varios maestros y estudiantes, las grandes puertas abiertas y un montón de mesas redondas acomodadas, recordaba lo mismo en su quinto año, aunque las decoraciones eran de color rojo esa vez, ahora eran verdosas azuladas. Buscó con la mirada a Severus, le encontró hablando con Dorcas y Regulus, más adelante estaba Marlene con una chica castaña, no recordaba su nombre para ser honesto, unos pasos más alejada estaba Lily junto a Rabastan, en serio había conseguido que aceptase ser su pareja en el baile. Frunció el ceño, en realidad no le preocupaba tanto Lily, la había visto defenderse muy bien con magia y al estilo muggle, pero aún así, estaba con un chico mayor que ella, lo cuál le ponía alerta.

—Hey —Le llamaron, por un segundo perdió de vista a la pelirroja para ver a una melena oscura como la noche cuidadosamente arreglada en un moño, con un par de mechones cayendo a los lados de su cara, era Bella, llevaba un vestido negro ajustado, parecía haber sido hecho especialmente para ella, unos tacones del mismo color que la hacían estar a la altura de la barbilla de Tom, lo único que no iba de acuerdo a la estética oscura era su maquillaje, sus labios estaban pintados de un suave rojo y sus ojos de un rosa pastel, al igual que sus mejillas.

—Hey —Sonrió, perdiéndose unos segundos en la mujer antes de regresar su vista a la pelirroja que seguía hablando con Lestrange. Bellatrix lo notó de inmediato, mirando a dónde él lo hacía y sonriendo, haciéndole verle nuevamente.

—Sé que te preocupas por ellos, pero tienen catorce, empiezan a descubrir su sexualidad y el amor a alguien que no sea su familia, no puedes evitarlo.

—Ya lo sé... pero él es tres años mayor que ella.

—Tú eres tres años mayor que yo.

—No es lo mismo.

— ¿En qué es diferente? Nos conocimos cuando yo tenía once y tu catorce, éramos incluso más jóvenes que ellos.

—Sí, pero ellos están en una cita.

— ¿Nosotros no?

—Sabes a lo que me refiero.

Bellatrix suspiró.

—Tom, conozco a Rabastan, a todos los Lestrange, no le hará daño, y si te preocupa que quiera tener sexo con ella, bueno, ¿no me habías dicho que fue la única que pudo resistirse a un imperio? ¿Que era difícil manipularla? ¿Que sabía defenderse incluso sin varita?

— ¿Insinuas que estoy sobrereaccionando?

—Itty bitty. (Un poquito.) —Tom suspiró—. Vamos, ¿dónde está el famoso Severus Riddle? Quiero conocerlo.

Hizo una búsqueda rápida con la mirada, su rostro se volvió una mueca de desagrado y señaló con el pulgar.

—Ahí está con-

— ¿Severus es el chico del que Sirius no se calla?

— ¿Cómo?

—Sirius Black, es mi primo. Cada domingo hay reuniones familiares, y cuando son vacaciones él simplemente no para de llorarle a todo el que acepte escucharle que el chico que le gusta no se da cuenta de sus sentimientos.

¿Entonces era verdad?

ΜεταμόρφωσηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora