La doctora había pedido que Bella y Delphine se quedasen un par de días para comprobar que todo estuviese bien, él y los padres de ambos se quedaban con ellas para hacerles compañía, aunque Bella juraba que todo estaría bien si se quedaba sola durante una noche, claro que no le hicieron caso, tras la última vez estaban aterrados. El dieciocho de agosto Meredith le obligó a volver a casa, según ella porque "apestaba" y "necesitaba darse un baño", era mentira, se había duchado en el hospital, pero no recriminó, sólo obedeció y volvió a casa con sus demás hijos, Severus se había ofrecido a cuidarlos. Cuando llegó lo vio rendido en el sillón, suspirando pesado.
— ¿Cuánto tiempo te los dejaron a ti solo?
—Media hora.
Tom sonrió y fue a sentarse a su lado, conocía ese sentimiento.
— ¿Dónde quedaron tus hermanos?
—La señora Lennox se los llevó a casa de Andrómeda... creo que sintió pena por mí.
Le quitó un dulce del cabello.
—Yo también lo sentiría, la verdad. ¿Cuál de los dos te arrojó este caramelo?
— ¿Eh? —Dijo tomándolo—. No tengo idea.
Se dejó caer nuevamente en el sillón, a Tom se le salió una pequeña risa y se levantó, palmeando la rodilla de su hijo y diciéndole—: Ven, acompáñame al Londres Muggle.
— ¿Tengo que ir?
—Prefieres quedarte y esperar a los niños.
Severus se quedó un par de segundos procesando, después se levantó con pereza y murmuró:— Bien, vamos.
Tom condujo hasta el estacionamiento del local, era el mismo lugar de tatuajes al que Astrid y Aritóteles le habían llevado hacía catorce años, honestamente era al único que iba... y el único que conocía, después de esa primera vez en que hizo exactamente su diseño, no pensó en buscar a nadie más, cada tatuaje que tenía Christoph lo había hecho, se había convertido en un amigo de textos después de tantos, incluso algunos de los tatuajes que Bella tenía los había hecho él.
—Mira, Sev, él es Christoph. Chris, él es mi primer hijo, Severus.
— ¿Entonces tú eres nueve de enero del sesenta?
—Mi nombre es Severus.
Tras esa presentación, Christopher los guió a la sala donde tatuaba, mientras preparaba le preguntaba qué se tatuaría esta vez, él respondió con la fecha de Delphine.
—Sabes que no juzgo, amigo, pero te reproduces como conejo, yo hubiera terminado de tener hijos con nueve de enero.
—Yo también —Dijo Severus—, pero ahora tengo tres hermanos pequeños, parecen mis hijos.
—Exagerados —Se levantó la camisa y se sentó en la silla, Christopher se cambió los guantes y le mostró una aguja empaquetada, después la abrió y comenzó a tatuarlo. Mientras la aguja con tinta penetraba su piel él cantaba lo que estaba sonando en la radio, notaba cómo Severus lo veía, quizás asombrado, pero no pensó mucho en ello para darle un significado a esa mirada.
— Pa, ¿los tatuajes duelen? —Dijo Severus.
— ¿Mmh? No realmente.
—No te fíes de tu padre, su resistencia al dolor es alta. El único tatuaje por el que le vi quejarse fue el que tiene en la muñeca.
— ¿Sólo ése? ¿En serio?
Christopher asintió.
—No mientas, también dolió el de la clavícula.
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Μεταμόρφωση
FanfictionTom siempre pensó en la muerte como una solución, no la propia, claro. Pensaba en la muerte de los demás, lo fácil que sería vivir en el orfanato si todos esos niños que lo tachaban de raro simplemente dejasen de molestarlo, si simplemente se fuesen...