Durante el séptimo año Tom dejó de darle clases especiales a Sirius, los primeros meses siguieron como el año pasado, excepto que los castigos a los de grados más a bajo le hicieron cambiar la hora a después de la cena; después le veía llegar cansado, con pequeñas ojeras y bostezando cada dos por tres, le preguntó el por qué «—James se rehúsa a volver a perder contra Ravenclaw como el año pasado, así que entrenamos casi diario por la mañana y algunas veces durante la tarde» dijo, Tom decidió que sus clases podían dejar de ser diarias y sólo tomarla tres veces a la semana, eso sirvió durante un tiempo, parecía que Sirius había aprovechado el tiempo extra para dormir más, parecía más fresco y había vuelto el radiante e insoportable chico que era. Suspiró, por mucho que odiase la repentina confianza que Black le empezó a tener, sabía, gracias a sus amigos, lo horrible que llegaba a ser el séptimo año cuando tenías más responsabilidades de las que podrías mantener, como entrenar al quidditch más horas de las que tenías libres.
Un miércoles, especialmente caluroso, de Mayo, Sirius llegó al salón, les tocaba clase, Tom dejó lo que estaba haciendo para verlo, caminaba como zombie, con unas ojeras de muerte, el pantalón al revés y la camisa medio abotonada, dejando ver la playera negra que solía usar bajo el uniforme. Caminó hasta el asiento más cercano a Tom y dejó caer su mochila sobre el suelo, podía jurar que escuchó algo romperse dentro de ella; después él mismo se tiró sobre la silla, su cuerpo estaba tan suelto que por inercia su torso cayó sobre la mesa, y se cruzó de brazos, usándolo como almohada y cerrando completamente los ojos. Tom se levantó para acercarse a él, dándole un garnucho en el medio de la cabeza y obligándolo a mirarle.
— ¿Qué?
—Vienes a estudiar, no a dormir.
Sirius se levantó un poco, jalando la parte trasera de su camisa y usándola para cubrirse la cabeza, volviendo a acostarse después.
—Estoy hasta la madre de estudiar, ya no quiero.
Chilló. Tom sonrió, recordó que Aristóteles había dicho algo parecido uno de esos días en los que a penas y dormía por hacer las tareas, estudiar para los exámenes y tener la práctica de quidditch.
—Vete a dormir entonces.
—Tengo que tomar clases extracurriculares si no quiero reprobar tu clase.
Dijo con la voz distorsionada.
—Eres consciente de que tus malas calificaciones eran porque fuiste un mocoso insufrible durante años, ¿no?
Sirius estuvo en silencio unos segundos hasta que levantó la cabeza, con los ojos entrecerrados y los pliegues de la ropa marcados en su mejilla.
—Pensaba que era parte de, no la razón completa.
—Vete a dormir, ándale, no sirve de nada que estudies si en el exámen no puedes mantenerte en pie.
—Bien.
Susurró, levantándose a duras penas y tomando su mochila que había dejado una mancha negra en el piso, supuso que lo que se había roto era el tintero. Sirius volvió a suspirar, quitando un poco de la tinta con su mano y acomodándose el tirante.
—El viernes no vengas.
— ¿Por?
—Tus calificaciones estarán bien, mientras no vuelvas al acoso o a priorizar las bromas durante mi clase no tienes por qué sacar menos que aceptable.
—Nunca vas a olvidarlo, ¿verdad? —Murmuró con una ronrisa boba, Tom negó con la cabeza con una sonrisa similar, Sirius asintió y dijo:—. Creo que me lo merezco, buenas noches, Tom.
—Descansa.
Y se dio la vuelta para salir del salón, a Tom le tomó unos segundos antes de irse a su propia habitación. Días después lo veía más animado, aunque semanas antes de los exámenes lo llegó a ver estresado en la biblioteca, Severus se reía de él mientras ayudaba a Peter a estudiar junto a Remus y Marlene, Tom recordaba las tardes en que sus amigos llegaban agotados del campo de quidditch y lo último que querían era estudiar, alguna que otra vez les había hecho las tareas o estudiado en voz alta para que se les quedase algo, ver a Severus en el salón de DCAO hacer lo mismo por Sirius le desbloqueó todos esos recuerdos que simplemente pasaba por alto en su día a día.
Más rápido de lo que pudo asimilar el año escolar había terminado, su hijo y sus amigos se habían graduado, se sentía orgulloso, su padre les organizó una fiesta en la mansión, el patio nunca se había visto tan lleno, había música y los padres de todos los chicos estaban ahí, incluso los Nott y Barty junto a su madre habían ido a felicitar a los graduados. Se quedaron ahí hasta la madrugada, algunos de ellos volvieron a sus casas, los Evans pasaron la noche, igual que Sirius y Regulus, los Potter, Lupin y Pettigrew volvieron a sus casas y Barty llevó a su madre a casa antes de volver para seguir celebrando. A las tres de la mañana todos fueron a Dormir, cada uno pudo tener una habitación, pero al acercarse a la de Severus para desearle buenas noches pudo escuchar un cuchicheo, puso más atención, distinguiendo la voz de Sirius.
—No hagas ruido —Escuchó murmurar a su hijo.
—Vellus, si tu papá nos escucha me va a matar —No mentía.
—Sólo vamos a dormir juntos, no haremos nada más... y si lo hiciésemos, no es como que él nunca hubiese tenido sexo, mi hermano no es obra del espíritu santo.
—Esa no es una imagen que quisiera tener en mi cabeza.
—Lo siento —Murmuró con una suave risa.
—Ya váyanse a dormir antes de que decida mandar a Sirius a la habitación más alejada y lo encierre ahí hasta el amanecer.
Un silencio repentino se instaló.
—Ya vamos.
Dijo Severus. Escuchó la cama moverse un momento para después detenerse.
—Te dije.
—Lo siento, Siri.
Pero su tono de voz no parecía arrepentido, en realidad se escuchaba divertido. Tom negó con la cabeza y una sonrisa adornando su rostro, fue hasta su habitación, Bella ya estaba dormida, se asomó a la cuna del pequeño Tom, estaba despierto y estiró sus bracitos en cuanto lo vio, él lo tomó, arrullándolo y acariciando su manita.
—Por favor, Tommy, no crezcas tan rápido. Tu hermano mayor se está convirtiendo en un adulto y ya no me va a necesitar —El bebé se rió, apretando el dedo de Tom—. Sí, algún día tú tampoco me vas a necesitar, ¿verdad?
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Μεταμόρφωση
FanfictionTom siempre pensó en la muerte como una solución, no la propia, claro. Pensaba en la muerte de los demás, lo fácil que sería vivir en el orfanato si todos esos niños que lo tachaban de raro simplemente dejasen de molestarlo, si simplemente se fuesen...